Los plátanos, una de las frutas más consumidas en el mundo, suelen despertar curiosidad por la presencia de unos filamentos blancos que aparecen al retirar la cáscara. Muchos consumidores los desechan, mientras otros los comen sin pensar demasiado. La pregunta común es: ¿son dañinos o aportan algo al organismo?
De acuerdo con especialistas en nutrición, estas hebras son conocidas como fibras xilemáticas, estructuras naturales que ayudan al desarrollo del fruto transportando agua y nutrientes dentro de la planta. Aunque puedan resultar incómodas en la textura, no representan ningún riesgo para la salud.
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Por el contrario, estudios publicados en revistas científicas como Frontiers in Nutrition destacan que estas fibras vegetales cumplen una función prebiótica, estimulando el crecimiento de bacterias benéficas en el intestino, lo que mejora la digestión y contribuye a la absorción de nutrientes.
Además, investigaciones de la American Heart Association señalan que una dieta rica en fibras como las del plátano puede ayudar a regular los niveles de colesterol y glucosa en sangre, reduciendo así el riesgo de enfermedades cardiovasculares y metabólicas.
Por ello, los expertos recomiendan consumir el plátano completo, incluyendo sus hebras blancas, ya sea solo, en licuados, postres o como snack saludable. Así, se aprovecha al máximo el potencial nutritivo de la fruta.
En resumen: los “hilitos blancos” del plátano no solo son inofensivos, sino que también pueden mejorar la salud intestinal y aportar beneficios adicionales a quienes los consumen de manera regular.