Guardar de la manera correcta los plátanos puede hacer una gran diferencia en su duración y sabor. De acuerdo a los expertos, la forma de almacenarlos impacta directamente en el proceso de maduración, la textura de la pulpa y la aparición de manchas marrones en la cáscara.
Una infinidad de métodos han sido evaluados por especialistas en conservación de alimentos, y los resultados ofrecen pautas claras para quienes buscan prolongar la frescura de esta fruta.
Te podría interesar
Tips para almacenar bananos y retrasar su maduración
Lo ideal es conservar los plátanos fuera del refrigerador mientras están verdes o apenas maduros, dado que el frío puede detener su maduración natural y oscurecer la cáscara sin que la pulpa esté lista para consumirse. Ya maduros, sí pueden refrigerarse para extender su vida útil unos días más.
Indiscutiblemente de los factores que más acelera el deterioro de los plátanos es el etileno, un gas que ellos mismos producen. Para frenar sus efectos, es recomendable envolver los tallos con plástico o papel aluminio.
De acuerdo a pruebas realizadas por 'The Kitchn', envolver los tallos con papel aluminio fue el método más eficaz para conservar los plátanos con mejor textura y menor oscurecimiento tras varios días. Dicho sistema obtuvo una calificación de 9,5 sobre 10.
Otra método con buenos resultados fue guardar los bananos en una bolsa plástica reutilizable, cerrada herméticamente. Aunque no es muy común, esta estrategia permitió conservar la piel casi sin manchas y realzar el sabor, pero generó una textura más cremosa. Este método recibió una puntuación de 8,5.
Colgar los plátanos en un gancho también ayuda, dado que evita magulladuras y mejora la circulación del aire, lo que ayuda a una maduración uniforme. En contraste, ponerlos simplemente sobre una superficie a temperatura ambiente los expone a un mayor contacto con el etileno y acelera el ablandamiento de la pulpa.
Recomendaciones prácticas para obtener plátanos más frescos
Plátanos verdes: mantener a temperatura ambiente, alejados del calor y la luz solar directa.
Plátanos en proceso de maduración: colgarlos en un gancho o colocarlos en fruteros ventilados.
Evitar contacto con otras frutas: sobre todo con las que producen etileno.
Envolver los tallos: utilizar plástico o papel aluminio para contener el gas etileno.
Refrigeración: solo cuando los bananos estén maduros y se desee prolongar su consumo.
Congelación: ideal para plátanos muy maduros; deben pelarse y guardarse en porciones.
Cabe señalar que estas estrategias no solo ayudan a conservar mejor la fruta, sino que también contribuyen a disminuir el desperdicio en los hogares y optimizar el uso de los alimentos en la cocina.