La tortilla es más que un alimento: es un símbolo de la cultura mexicana. Pero, ¿te has preguntado cómo pasamos de hacer tortillas a mano a producir millones cada día? Todo cambió gracias a un invento clave: la máquina para hacer tortillas.
Origen de la tortilla: tradición ancestral
Las tortillas nacieron hace miles de años, en las civilizaciones mesoamericanas como los aztecas y mayas, que descubrieron el proceso de nixtamalización del maíz para hacerlas más nutritivas.
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Durante siglos, las familias mexicanas las elaboraban a mano, formando la masa y cociéndola en el comal, un trabajo artesanal que formaba parte de la vida cotidiana.
¿Cómo surgió la máquina para hacer tortillas?
A principios del siglo XX, el crecimiento de las ciudades mexicanas generó una necesidad urgente: producir más tortillas para abastecer a la población urbana. Así nació la idea de automatizar el proceso: crear una máquina que formara, cortara y cociera tortillas rápidamente, manteniendo su sabor tradicional.
¿Quién inventó la máquina de tortillas?
En 1904, Everardo Rodríguez y Luis Romero construyeron la primera máquina automática para tortillas. Sin embargo, la verdadera revolución llegó en 1963, cuando el ingeniero mexicano Fausto Celorio patentó la tortilladora con rodillos y transportador de gas, que mejoró la eficiencia y calidad.
Su diseño permitía:
- Hacer bolas de masa
- Darles forma circular
- Cocerlas de forma continua
Gracias a esto, surgieron miles de tortillerías modernas, capaces de producir tortillas frescas y calientes todo el día.
Evolución tecnológica: de lo manual a lo digital
Desde las primeras máquinas rudimentarias, la tecnología avanzó mucho:
- Mejoraron la velocidad y la uniformidad de la masa
- Las máquinas actuales cuentan con controles automáticos de temperatura y tiempo
- Son más compactas, accesibles para pequeños negocios
Hoy, México produce millones de tortillas al día, manteniendo viva una tradición ancestral.
Importancia cultural y económica
La invención de la máquina para hacer tortillas no solo facilitó la producción:
- Impulsó la economía local, creando empleos en fábricas y tortillerías
- Garantizó que las tortillas frescas siguieran siendo accesibles para todos
- Conservó un alimento que sigue siendo símbolo de identidad nacional
- A pesar de la modernización, la tortilla sigue uniendo a las familias mexicanas en la mesa.