GASTRONOMÍA

Panadería mexicana conquista Europa con esta peculiar pieza de dulce; abrió hace dos meses

Esta panadería mexicana ha logrado conquistar uno de los países europeos más exigentes en cuanto a gastronomía

Estas piezas de pan han logrado conquistar un país de Europa
Gastronomía.Estas piezas de pan han logrado conquistar un país de Europa Créditos: El Mañana
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El pan dulce es reconocido mundialmente gracias a su sabor y su textura, quien se anima a sacar las recetas del país intentando triunfar en otros continentes sin duda conquista el paladar de los extranjeros.

Tal es el caso de un par de personas que decidieron emprender la conquista en España, específicamente Madrid, donde el olor a pan dulce ha inundado sus calles y llama la atención de miles de madrileños.

¿De qué se trata?

La historia detrás de esta revolución en Madrid es gracias a Eli Cervantes, una mexicana de 25 años que hace dos años llegó a la ciudad para realizar una maestría en administración de empresas.

Pero lo que empezó como una pasión en la cocina, haciendo conchas en casa junto a su pareja, Moha, se convirtió en un negocio que hoy en día busca abrirse paso en un mercado que ofrece nuevas experiencias culinarias.

Hace dos meses, Eli y Moha inauguraron Pancito Perrón, un establecimiento que fusiona la tradición mexicana con toques adaptados a la cultura española.

La idea surgió cuando las conchas que preparaban en casa tuvieron tanto éxito que decidieron transformar su pasión en un negocio, con un nombre que refleja esa esencia mexicana pero con un toque personal y adaptado a su entorno.

“Les gustan demasiado las cosas con relleno y siempre preguntaban qué hay adentro. Por eso, hicimos variaciones de pistacho, chocolate y, por temporadas, fresa y dulce de leche”, explicó Eli, cuya creatividad y el amor por su cultura gastronómica se reflejan en cada una de sus conchas.

Por su parte, Moha, aunque no es mexicano, comparte esa pasión por la cocina y la cultura mexicana.

“Soy italiano, viajé a México y aprendí a hacer todos los platillos. Trabajé allá, cociné, e incluso fui con las abuelitas”, comentó Moha, quien se ha convertido en un socio indispensable en esta iniciativa.

Este dulce en forma de estrella no solo representa una tradición mexicana, sino que también cómo la cultura y la gastronomía pueden cruzar fronteras y adaptarse a nuevos contextos, conquistando corazones y paladares en tierras lejanas.