El gobierno del presidente Donald Trump implementará a partir de 2026, una nueva tarifa de 250 dólares para la mayoría de las visas no inmigrantes, así como un incremento en el costo del permiso temporal I-94, que pasará de seis a 24 dólares, de acuerdo con la legislación firmada el 4 de julio bajo el nombre One Big Beautiful Bill Act.
Las medidas, impulsadas por legisladores republicanos, buscan “fomentar la conducta legal entre los extranjeros que visitan Estados Unidos”, según el Comité Judicial de la Cámara de Representantes.
Sin embargo, especialistas consultados por medios internacionales, como Forbes, advierten que las nuevas tarifas podrían ahuyentar a algunos turistas, visitantes internacionales, justo cuando el país se prepara para recibir la Copa Mundial de la FIFA 2026.
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Actualmente, tramitar una visa estadounidense de turismo o negocios (categoría B-1/B-2) cuesta 185 dólares, es decir, alrededor de 3,700 pesos mexicanos. No obstante, con el nuevo cobro migratorio de 250 dólares aprobado por el Gobierno de Estados Unidos, el costo total del trámite de la visa ascendería a 435 dólares, lo que equivale a unos 8,700 pesos.
“Elevar las tarifas a visitantes legales es un arancel autoimpuesto sobre una de las mayores exportaciones de nuestra nación: el gasto turístico internacional”, señaló Geoff Freeman, presidente de la Asociación de Viajes de Estados Unidos (USTA, por sus siglas en inglés) a Forbes.
La visa integrity fee de 250 dólares aplicará a turistas, estudiantes y trabajadores temporales. Aunque la legislación contempla reembolsos para quienes cumplan con todos los requisitos de su visa -como no extender su estancia ni aceptar empleo-, aún no se ha detallado qué tan complicado será recuperar ese dinero.
En paralelo, la tarifa del permiso I-94 —necesario para quienes cruzan por tierra o participan en programas de exención de visa— subirá a 24 dólares y se ajustará anualmente según la inflación.
La ley prohíbe exenciones o reducciones en estos cobros. Parte de los ingresos se destinará a mejorar los procesos de inspección fronteriza, aunque el resto irá directamente al Tesoro estadounidense.