La Corte Suprema de Estados Unidos tomó una decisión ayer que podría abrirle camino a una de las propuestas más polémicas del expresidente Donald Trump: eliminar el derecho a la ciudadanía automática para niños nacidos en el país de padres inmigrantes indocumentados.
Aunque el fallo no aprueba directamente esa medida, sí limita el poder de los jueces federales menores para bloquearla a nivel nacional. A partir de ahora, los tribunales menores sólo podrán suspender leyes o decretos para quienes presenten la demanda, y no para toda la población como ocurría antes.
Los tribunales menores “no tienen autoridad para supervisar todo lo que hace el poder ejecutivo. Sólo pueden actuar dentro de los casos en los que haya controversia de acuerdo con la autoridad que les dio el Congreso”, escribió la jueza Amy Coney Barrett, al dar a conocer la decisión.
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La magistrada Sonia Sotomayor escribió la opinión en contra, afirmó que la mayoría de la Corte actuó “vergonzosamente” al seguir el “juego” del gobierno en este caso, el que describió como un intento de aplicar una política “claramente inconstitucional”, no al pedir que los jueces la aprobaran, sino al buscar limitar el poder de los tribunales federales en todo el país.
Trump celebró el fallo como una “gran victoria”, asegurando que su equipo retomará el intento de acabar con la ciudadanía por nacimiento, un derecho establecido en la Enmienda 14 de la Constitución. Esta norma garantiza que cualquier persona nacida en Estados Unidos es ciudadana, sin importar el estatus migratorio de sus padres.
Para muchos expertos, esta decisión no cambia aún la ley, pero sí da más herramientas al gobierno para avanzar con políticas que habían sido detenidas por jueces federales. Mientras tanto, grupos como la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU) anunciaron que presentarán una demanda colectiva para frenar la orden presidencial.
“Vamos a defender el derecho de cada niño nacido en este país a ser reconocido como ciudadano”, afirmaron en un comunicado. La orden de Trump no ha sido aplicada todavía, y su legalidad sigue en duda. Pero con esta decisión de la Corte Suprema, el debate sobre quién tiene derecho a ser estadounidense desde su nacimiento, vuelve a tomar fuerza.