Don Heriberto Deándar Amador fundó El Verbo Libre en 1924 en Nuevo Laredo; los hermanos Flores Magón le mandaban cartas que las publicaba en el semanario, humanista y liberal como era su filosofía de vida.
Una vida coherente y con ideario revolucionario; deseaba revolucionar la conciencia de sus lectores y armonizarla con los ideales de los héroes que nos dieron Patria. Los Flores Magón se expresaban con respeto de Heriberto Deándar Amador por ser como un soldado valiente, defendiendo las puertas de la frontera ante la gran embestida de Estados Unidos que metía la mano en los negocios de México y Latinoamérica con la excusa de la llegada del comunismo a esta región aunque en el fondo el país del norte ambicionaba apropiarse de más territorio mexicano.
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Mis hermanos y yo estudiamos en colegios católicos y en Monterrey con jesuitas, pero también estuvimos internos en colegios judíos. Mi padre quería que supiéramos de todas las religiones, pero detestaba la ignorancia y el fanatismo, sus escritos están llenos de libertad. A la hora de comer nos hablaba de la historia de México y de lo grande de nuestros héroes que defendieron los derechos y la vida de todos(as) los mexicanos; son valores esenciales para vivir con dignidad, ser valientes es lo principal. Llegaba al tema de los ciudadanos que mandaban sus cartas al periódico. A los que más afecto y admiración tenía era a los hermanos Flores Magón.
Nos decía que la libertad se lleva en el alma y que a Ricardo Flores Magón como a Cervantes, el encarcelamiento lo hacía heroico por ser preso por sus ideales de justicia y libertad.
Mi padre era asiduo lector, nos entregaba libros de historia y luego después de la comida nos preguntaba a ver cómo habíamos interpretado la lectura.
Eran fascinantes estas ter tulias domingueras donde mis primos(as) los Uribe Martínez, tocaban el piano, la guitarra y el acordeón, entrelazábamos la poesía, la historia y la música.
Mi tía Anita Deándar de Alba era la estrella, al final pasaba al piano llevada del brazo de su esposo mi tío Guillermo de Alba; cantaba y tocaba el piano como un ángel. Platicaba mi tía que mi padre le había mandado en su juventud a estudiar en el Conservatorio de México, ópera y piano; tenía una voz bella y acariciadora.
Eran domingos que nos complacía a todos los amigos de Beto mi hermano, cuando estaban de vacaciones venían a mi casa y participaban de la vida familiar con las deliciosas comidas de mi nana Pimita Godina; se ponía la mesa grande y el mantel blanco; era fiestas dominicales con sabor a literatura, historia y cultura universal, donde disfrutábamos todos los días y más los domingos con invitados especiales, amigos y parientes de la familia.
Fue época de oro que me viene a la mente en este aniversario luctuoso de Ricardo Flores Magón, héroe de nuestro recuerdo de juventud.
Así se vivía en esta frontera tamaulipeca. Los recuerdos dan vida.
Gracias a los antepasados que nos dejan valores que no debemos olvidar. Ricardo Flores Magón, gigante mundial y libertador de las conciencias.
Ricardo Flores Magón, gigante mundial y libertador de las conciencias.