El municipio de Nuevo Laredo, ubicado al noreste de Tamaulipas, ha sido escenario de diversas manifestaciones meteorológicas extremas, entre las que destacan los ciclones tropicales.
Si bien su ubicación geográfica lo resguarda parcialmente de impactos directos, ha experimentado efectos colaterales significativos, sobre todo a través de precipitaciones abundantes y avenidas pluviales que alteran la vida urbana y rural de la región.
Los huracanes que han alcanzado a Nuevo Laredo
De acuerdo con datos consolidados por el atlas estatal de riesgos, elaborados por el gobierno de Tamaulipas en colaboración con la NOAA (Administración Nacional Oceánica y Atmosférica), un total de veinte fenómenos ciclónicos han tenido injerencia en esta localidad a lo largo del tiempo.
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Entre ellos, solo cinco han impactado directamente el territorio municipal, mientras que otros pasaron a distancias cercanas, modificando el entorno con lluvias torrenciales e interrupciones del orden habitual.
Entre los eventos más documentados se encuentra un huracán sin nombre de 1880, que ingresó como categoría 4 por Matamoros, degradándose gradualmente hasta tocar tierra en Nuevo Laredo como tormenta tropical.
Posteriormente, “Alice” en 1954 y “Alma” en 1958 recorrieron la región ya debilitados, pero aún con capacidad de provocar disturbios hídricos y daños estructurales.
En 1980, el huracán “Allen”, que había alcanzado la categoría 3, cruzó el noreste del municipio en fase descendente. Más tarde, hace 25 años en el año 2000, la depresión tropical “Fay” transitó el área con vientos moderados pero persistentes.
Los más recientes
Casos como los de “Emily” en 2005 o “Dolly” en 2008, aunque no tocaron directamente a la ciudad, generaron suficientes daños en zonas cercanas para que Nuevo Laredo fuera incluido en alertamientos por contingencia.
Estos antecedentes muestran que, pese a no figurar entre los puntos de mayor impacto, la ubicación de este municipio lo posiciona en el corredor final de múltiples ciclones tropicales, haciendo necesaria una vigilancia constante y estrategias de prevención sostenidas frente a este tipo de amenazas climáticas.