El legendario restaurante Los Ajos, punto de encuentro obligado en Nuevo Laredo durante casi cuatro décadas, bajó la cortina el pasado jueves 22 de mayo, poniendo fin a una era de tradición culinaria, hospitalidad y convivencia.
Su desaparición, confirmada por redes sociales y replicada con mensajes de incredulidad y nostalgia, marca un antes y un después en la escena gastronómica local.
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Adiós a 'Los Ajos'
Fundado en 1985, el establecimiento era mucho más que un comedor. Para miles de personas, representó una segunda casa, con aromas inconfundibles de pan recién salido del horno, tortillas hechas al momento y café de sabor entrañable.
El lugar era frecuentado no solo por familias enteras, sino también por figuras clave de la vida pública, empresarios y visitantes que encontraban en su cocina un motivo de orgullo regional.
Durante años, trabajadores de oficinas cercanas y clientes en general encontraban ahí su merecido almuerzo. Para otros clientes, era el restaurante favorito de un ser querido ya fallecido.
Había incluso quienes tenían tazas personalizadas, como lo recordaron varios comensales:
Se extrañará el cafecito con tu taza con el nombre de cliente
Esos detalles denotan la conexión íntima entre el lugar y su fiel clientela durante sus 40 años de servicio.
Los Ajos no solo servía comida y sus extraordinarios 'supertajos': también ser servían recuerdos, conversaciones y afectos. Con su clausura, no se pierden solo platillos, como las hamburguesas de ternera o las milanesas doradas y sus nachos con fajita y guacamole, sino un espacio de identidad comunitaria fronteriza. El vacío que deja 'Los Ajos' no será fácil de llenar.