Luego de que Nuevo Laredo alcanzó el estatus más drástico de “sequía excepcional” hasta mediados de agosto, ahora la Comisión Nacional del Agua (Conagua) clasificó a la ciudad en el menos severo de los diagnósticos, como “anormalmente seco”.
Fue el 30 de abril cuando Nuevo Laredo alcanzó el estatus de “sequía excepcional”, permaneciendo esa clasificación durante un mes, bajando a “severa” el 31 de julio, luego a moderada el 15 de septiembre y finalmente salió de las clasificaciones de “sequía” el 30 de septiembre, de acuerdo con el Monitor de Sequía de Conagua.
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El descenso de la sequía comenzó básicamente luego de la extraordinaria jornada de lluvias que se registró entre el 15 y 16 de agosto, que de acuerdo con el reporte de la Comisión Internacional de Límites y Agua (CILA), fueron 194.7 milímetros -7.7 pulgadas- de precipitaciones para Nuevo Laredo, lo que representa casi cuatro veces el promedio histórico -55 milímetros- de lluvias para un mes de agosto en la ciudad.
Si bien la ciudad ha registrado trombas y diversas jornadas de precipitaciones copiosas en los últimos años, un evento de estas proporciones sólo es superado por el 10 de mayo de 1971, cuando se registraron más de 9 pulgadas ó 228 milímetros de lluvias.
Amistad al 40 por ciento
Mientras tanto, la presa encargada de proveer el agua para el consumo de los dos Laredos, La Amistad, alcanzó desde el 3 de octubre el 40 por ciento de llenado, superando el nivel con el que inició el año, pues el 3 de enero el embalse presentaba el 34 por ciento de su capacidad.
Para dicha presa este año fue crítico, pues en el punto más drástico de la sequía llegó a registrar sólo el 22 por ciento de llenado, panorama que ponía en riesgo la proveeduría de agua para consumo humano en el mediano plazo, no obstante las lluvias en la región durante agosto y parte de septiembre, la llevaron el día 14 de ese mes a retornar al 34 por ciento (con el que había arrancado el año) y posteriormente a superar el nivel.