El jugo de zanahoria y cúrcuma se ha convertido en una de las combinaciones más populares dentro de la llamada alimentación funcional, aquella que busca no solo nutrir sino también mejorar procesos clave en la salud. Su creciente fama se debe a la acción conjunta de dos ingredientes cargados de compuestos bioactivos: los betacarotenos de la zanahoria y la curcumina de la cúrcuma.
De acuerdo con Verywell Health, esta bebida aporta propiedades antioxidantes, antiinflamatorias e inmunomoduladoras que pueden influir positivamente en la prevención de enfermedades crónicas y en el fortalecimiento del sistema inmune.
La zanahoria es rica en alfa y betacarotenos, precursores de la vitamina A, fundamentales para la salud ocular y la regeneración celular. Además, contiene falcarinol, un compuesto con potencial antiinflamatorio que protege los tejidos.
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Por su parte, la cúrcuma contiene curcumina, un polifenol que ha sido estudiado por su capacidad para reducir la inflamación, mejorar la función cognitiva y proteger la salud cardiovascular. Estudios publicados en The Journal of Immunological Research encontraron que el consumo diario de jugo de zanahoria con cúrcuma durante 12 semanas mejoró marcadores inmunológicos y redujo la inflamación en adultos sanos.
No obstante, la Universidad de Harvard advierte que la curcumina tiene baja absorción oral, por lo que se recomienda acompañarla con pimienta negra o grasas saludables para potenciar sus efectos. Además, subraya que gran parte de las evidencias provienen de estudios experimentales y aún se requieren ensayos clínicos más amplios en humanos.
Entre los beneficios atribuidos a esta combinación destacan:
Refuerzo del sistema inmunológico.
Reducción de procesos inflamatorios.
Protección de la salud ocular y cardiovascular.
Disminución del riesgo de enfermedades metabólicas.
Aun así, los especialistas aconsejan moderación. El consumo excesivo de cúrcuma puede interferir con ciertos medicamentos anticoagulantes o antiinflamatorios, mientras que la zanahoria, en grandes cantidades, puede causar carotenemia (una coloración amarillenta en la piel).