El comportamiento del tipo de cambio del dólar este sábado 6 de septiembre mostró en su apertura movimientos contrastantes que reflejan la tensión en el entorno financiero global.
El dólar abrió la sesión con un valor de 18.70 pesos, lo que implicó una leve apreciación de la m La moneda mexicana de 0.10% intradía, aunque en el balance semanal la divisa local acumuló un retroceso de 0.35%.
Peso mexicano y dólar se montan al subibaja
Las cifras de empleo en Estados Unidos explican parte de la inestabilidad. El reporte de nóminas no agrícolas registró únicamente 22 mil nuevos puestos en agosto, muy por debajo de los 75 mil estimados por analistas, lo que refuerza la percepción de un enfriamiento en la actividad laboral de la mayor economía del planeta.
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Este panorama alimenta expectativas de políticas monetarias menos restrictivas, lo que genera vaivenes en los mercados cambiarios.
En el ámbito nacional, las operaciones al menudeo mostraron divergencias según las instituciones bancarias. En Citibanamex, el dólar se ofreció en 19.14 pesos y se adquirió en 18.10, mientras que en Banco Azteca las cotizaciones oscilaron entre 17.70 a la compra y 19.19 a la venta.
A nivel de remesas internacionales, Western Union reportó un promedio de 18.91 unidades por transacción.
El peso resiste
Especialistas subrayan que la solidez del peso aún se apoya en el superávit comercial y la política restrictiva del Banco de México, aunque persisten riesgos latentes: las próximas conversaciones del T-MEC, la volatilidad en las materias primas y posibles ajustes fiscales en el ámbito interno.
Estos elementos podrían modificar la confianza de los inversionistas y alterar la trayectoria de la divisa mexicana.
El mercado cambiario mantiene un escenario de observación continua. El peso conserva un papel competitivo, pero con episodios de nerviosismo que evitan consolidar una dirección clara.
Bajo estas condiciones, la expectativa de los próximos días estará marcada por nuevos datos económicos en Estados Unidos y la reacción de los bancos centrales. Así, los altibajos y emociones fuertes con el dólar continúan definiendo el pulso de la economía mexicana.