La tarde del martes en San Nicolás, Nuevo León, una emergencia médica en plena vía pública pudo haber terminado en tragedia si no hubiera sido por la rápida acción de un policía municipal. Eran alrededor de las 14:10 horas cuando Patricia Rodríguez Rodríguez, de 58 años, comenzó a ahogarse tras atragantarse con un totopo mientras se desplazaba por el cruce de la avenida Las Flores y la calle Mirtos, en la colonia Industrias del Vidrio.
Una cámara de videovigilancia captó el angustiante momento en que la mujer, desesperada, hacía señas a un transporte de personal y luego a un vehículo particular para pedir ayuda, ambos la ignoraron.
Pero justo detrás venía la unidad 1542 de la Policía Municipal, tripulada por el oficial Rubén Rocha. El uniformado notó la escena, detuvo su patrulla y se acercó de inmediato a auxiliar a la mujer, quien apenas podía respirar.
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Sin perder tiempo, el agente aplicó la maniobra de Heimlich, una técnica de primeros auxilios que consiste en presionar el abdomen de la persona afectada para expulsar el objeto que obstruye sus vías respiratorias, la mujer relato como el oficial la auxilio.
Venía manejando, empecé a comer unos totopos, me obstruyeron y me empecé a ahogar, nadie me quería ayudar, pasó el oficial, gracias a Dios lo puso en mi camino.
El alimento fue expulsado con éxito y poco después arribó una ambulancia solicitada por el oficial para descartar cualquier secuela. Aunque no requirió traslado, la mujer fue valorada en el sitio por paramédicos y, antes de retirarse, expresó su agradecimiento al agente que le salvó la vida.
Este incidente no solo destaca la importancia de conocer maniobras de primeros auxilios, sino también el valor de estar atentos a quienes nos rodean. Unos segundos marcaron la diferencia entre la vida y la muerte.