GASTRONOMÍA

Este tamal parece ‘normal’ por fuera, pero lo que lleva adentro está causando sensación

El tamal es una experiencia gastronómica que mezcla historia, creatividad y sabor en cada hoja

Escrito en NACIONAL el

El tamal es mucho más que masa y relleno, es historia envuelta en hoja y Mérida lo demostró con estilo durante la reciente Feria Internacional del Tamal, donde se reunieron cocineros tradicionales, chefs contemporáneos y amantes de la gastronomía que querían una cosa: probar los tamales más raros de México.

El protagonista indiscutible fue un tamal que parecía tradicional… hasta que lo abrías: conejo en achiote, cocinado lentamente y con un sabor intenso, encerrado en masa de maíz teñida con recado rojo.

 ¿La sorpresa? No era el único insólito, a su lado, se ofrecía otro que mezclaba chicharrón crujiente y chocolate amargo artesanal, provocando miradas de asombro, selfies y muchas preguntas.

¿De dónde viene esta creatividad? 

El tamal tiene raíces prehispánicas, usado como alimento portátil por los guerreros mexicas y mayas. Cada región del país adoptó sus propias variantes, pero pocos eventos lo celebran como lo hace Mérida: no solo con tradición, sino con invención.

En los pasillos del evento también se podían encontrar tamales veganos, tamales de hongos con epazote, tamales colombianos con arroz y huevo, y hasta una rareza: un tamal dulce relleno de crema de cacahuate y frutos secos, con masa de cacao.

Además de las degustaciones, hubo talleres para aprender a preparar tamales desde cero, incluyendo el amarre correcto de la hoja y el punto exacto de cocción al vapor, algo que cambia según el relleno. 

Incluso hubo charlas sobre cómo los tamales eran usados en rituales antiguos como ofrendas a los dioses del maíz.

¿Y qué nos deja esta feria?

Una verdad innegable,el tamal no tiene límites. Puede ser altar, comida de calle, desayuno familiar o delicia gourmet. Puede llevar carne, fruta, chile, chocolate… o todo junto.

En Mérida, al menos, ya no se trata solo de comer un tamal. Se trata de descubrir una historia diferente en cada bocado.