MATERIALES RECICLADOS

La casa de basura más alta de México es de 4 pisos; el dueño perdió extremidades al construirla

Mientras se acerca la fecha límite para derribarla, Juan Carlos clama por ayuda para salvar el único hogar que ha construido con esfuerzo, soledad y amor

Escrito en NACIONAL el

Por más de cinco años, el albañil Juan Carlos Maldonado Romo, de 47 años, levantó con esfuerzo su propio hogar en Aguascalientes. No usó planos ni arquitectos, pero sí cada pedazo de madera, lámina, tarima, tubo o varilla reciclada que encontraba.

Hoy, su casa de cuatro pisos y 100 metros cuadrados podría ser demolida en menos de dos semanas por órdenes de Protección Civil, que la considera un riesgo estructural.

A esta construcción se le conoce como “La Casa de Basura”, aunque para Juan Carlos no hay desperdicio en sus paredes: todo lo que levantó fue con la intención de dejar un techo a sus hijos. Los primeros dos pisos están hechos con tabique, zapatas sólidas y concreto reforzado.

En ellos hay cuartos bien delimitados, una sala con sillones viejos y juguetes olvidados, y espacios habitables construidos con el conocimiento que adquirió en su paso por la industria de la construcción en Estados Unidos.

Pero a medida que se asciende, la estructura se vuelve más precaria: pisos de madera reciclada que crujen al caminar, barandales improvisados con palos de escoba, y paredes cubiertas con lonas, láminas y hasta unicel. Un rincón en el tercer piso, adornado con una imagen de la Virgen de Guadalupe, es su espacio de meditación. En la azotea, imaginó un lugar para hacer convivios… que nunca llegaron.

Su familia se dispersó, su exesposa se fue con uno de sus hijos, y el otro se quedó a vivir en Denver. Juan Carlos se quedó solo en su casa, con su sueño a cuestas.

Hoy, tras denuncias de vecinos, Protección Civil le ha dado 10 días para derribar las partes superiores. Aunque la inspección técnica reconoció que los primeros dos niveles cumplen con las normas de seguridad, las estructuras elevadas hechas con materiales no convencionales son vistas como peligrosas, Juan Carlos, ha gastado unos 150 mil pesos en levantar su refugio.

No es basura, es mi hogar.

Su anhelo es abrir un local de tacos en la planta baja y dejar la casa como herencia para sus hijos. Con voz quebrada, pide apoyo de expertos que puedan ayudarlo a defender lo que ha construido: su dignidad, su historia y su última esperanza.