El peso mexicano ha logrado recuperarse de la capa caída que lo tumbó el pasado jueves y viernes por la mañana, cerrando con un alza del 0.41% ante un dólar que cayó en picada por un ataque más de Trump y la guerra comercial que continúa generando gracias a sus imposiciones de aranceles.
El peso ha repuntado esperanzado amaneciendo con 19.24 monedas por billete verde en la banca central; en tanto el dólar amanece con montos de $18.65 pesos a la venta y de $19.80 pesos a la compra en ventanilla.
Esta volatilidad de las divisas es internacional y afecta a todos los países, pero aún más al dólar, según lo demuestra el índice dxy que aún sigue bajo con 99 puntos y un cierre previo de casi un -1 por ciento, afectado por la caída de los tres índices de la bolsa en Nueva York, cuyas pérdidas superaron el 0.5 por ciento para DowJones y SP&500, en tanto Nasdaq alcanzó una pérdida mayor del 1 por ciento.
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Aunque las noticias parecen positivas, los especialistas dicen que la cautela es el arma más fuerte de la moneda mexicana, pues en términos semanales, el peso ha caído 23 centavos comparado con la 2a semana de mayo y, tiene un retroceso de 1.21% frente al dólar.
Con el reporte comercial de la balanza de México, las noticias parecen favorables durante abril, pues se logró un superávit de 83.3 millones de dólares; los analistas aseguraron que no es buena señal que el monto anterior haya superado los 1,200 millones de dólares, pues es un signo de que la inflación está ganando terreno.
Por el momento, los especialistas de la banca estarán monitoreando el flujo de efectivo que, sin duda, se dará a conocer mejor al finalizar la siguiente semana. Por un lado, Estados Unidos espera casi 45 millones de ciudadanos viajando durante el feriado del lunes, mientras que para México, habrá una derrama económica por las próximas ventas del Hot Sale en las tiendas minoristas.
Además, es necesario esperar la respuesta de Apple al posible traslado (o no) de su producción a los EU; y, en caso de una negativa, este panorama podría terminar de espantar a los inversionistas. Los efectos posibles incluyen una fuerte caída financiera que siempre llevan detrás de sí un oleaje de impactos que golpea a todos los sectores económicos.