La empresa Target, una de las principales marcas del sector minorista en Estados Unidos, atraviesa una coyuntura complicada tras la publicación de sus resultados financieros más recientes.
Aunque logró incrementar sus beneficios netos en un 10 % interanual, alcanzando los 1.000 millones de dólares, sus ventas retrocedieron un 2,9 %, ubicándose en 23.900 millones de dólares, lo cual representa una señal de enfriamiento en su actividad comercial. En consecuencia, la compañía ha reajustado a la baja sus expectativas para el resto del año fiscal.
Medidas de Target por aranceles de Trump
El director ejecutivo Brian Cornell identificó varios factores que han contribuido al retroceso.
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Entre ellos, destacó la persistente baja en la moral del consumidor, las inquietudes generadas por los nuevos gravámenes impulsados desde la administración federal, y la respuesta del público al reciente desmantelamiento de los proyectos de diversidad que sostenía la firma desde hace tres años.
Cornell reconoció que el entorno comercial se ha vuelto más desafiante, con posibles repercusiones significativas derivadas del enfoque arancelario que promueve el actual gobierno.
Aunque expresó su intención de aplicar estrategias para contener el impacto. No descartó "subir los precios, si es necesario" y la empresa se vea obligada a trasladar parte de esos costos al consumidor final mediante aumentos, lo cual sería, dijo, una “medida extrema”.
Tensiones por la inclusión
En paralelo, el abandono de sus metas de diversidad, equidad e inclusión ha generado tensiones con sectores de su clientela. Target había sido reconocida por su apoyo visible a distintos colectivos sociales, pero el giro institucional ejecutado a comienzos de año, en consonancia con la nueva directriz federal, parece haber mermado la lealtad de parte de su base de consumidores.