Durante los últimos años, bañarse con agua helada cada mañana se ha popularizado como una práctica saludable. Sin embargo, un reciente estudio sugiere que los beneficios de los baños fríos no son tan sólidos como se promueve en redes sociales y entre atletas.
Los defensores de estas duchas aseguran que ayuda a combatir el estrés, fortalecer el sistema inmunológico y reducir la inflamación. Pese a lo anterior, un reciente estudio podría demostrar todo lo contrario, incluso desaconsejándolo.
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Lo que dice la ciencia sobre los baños de agua helada
Investigadores de la Universidad de Australia del Sur realizaron un metaanálisis de 11 estudios internacionales, cuyos resultados fueron publicados en la revista PLOS One. Este análisis evaluó los efectos de las inmersiones y duchas frías, a temperaturas de entre 7 y 15 grados y con duraciones de entre 30 segundos y dos horas.
El hallazgo principal: los efectos positivos son limitados y no se aplican a toda la población. Aunque algunos beneficios se observaron en atletas, la utilidad generalizada de esta práctica es cuestionable.
¿Qué beneficios reales ofrece el baño de agua helada?
- Estrés: Aunque hubo una ligera disminución del estrés tras la inmersión en agua fría, este efecto duró solo 12 horas y no representó una mejora sostenida.
- Calidad de vida: Las duchas frías breves (20, 60 o 90 segundos) mejoraron ligeramente la calidad de vida, pero el efecto desapareció después de tres meses.
- Sueño: No se encontró evidencia sólida de que los baños fríos mejoren el sueño de manera significativa. Además, los datos disponibles solo consideraban a hombres.
- Sistema inmunológico: Pese a una reducción del 29% en ausencias laborales entre quienes se bañaban con agua fría, no se comprobó un fortalecimiento claro de la respuesta inmunitaria.
En resumen, los beneficios son inconsistentes, de corta duración y dependen de factores individuales.
El riesgo oculto: aumento de la inflamación
El estudio también reveló un efecto negativo importante: el agua helada incrementa la respuesta inflamatoria del cuerpo inmediatamente después de la inmersión y hasta una hora más tarde.
Esto sucede debido al estrés térmico, similar al proceso que ocurre tras un daño muscular por ejercicio. Aunque este tipo de inflamación podría ser útil para atletas de alto rendimiento, podría representar un riesgo para personas con condiciones físicas preexistentes, advierte el coautor del estudio, Ben Singh.
¿Vale la pena bañarse en agua fría?
Aunque algunas personas puedan experimentar ciertos beneficios temporales, la ciencia actual indica que los baños en agua helada no son una solución mágica para la salud. Su efectividad es limitada, sus efectos no son duraderos y, en algunos casos, puede incluso resultar perjudicial.
Antes de adoptar esta práctica, es recomendable consultar a un médico, especialmente si se tienen problemas de salud preexistentes.