Durante años, mencionar un libro en especial en cualquier escuela secundaria o preparatoria de México ha sido suficiente para generar una oleada de suspiros nerviosos.
No era solo una obra de aritmética, era una especie de desafío que ponía a prueba la valentía académica de miles de jóvenes. Su sola presencia en un escritorio bastaba para hacer temblar incluso al más aplicado.
Aurelio, el autor del libro 'traumó' a miles de generaciones de estudiantes
Muchos adolescentes han descrito el libro como un laberinto interminable de fórmulas intimidantes, con una portada misteriosa que mostraba a un personaje que evocaba tierras lejanas.
Te podría interesar
Sin embargo, detrás de esa imagen enigmática no había un sabio del Medio Oriente, sino un apasionado educador cubano que dedicó su vida a desmitificar los números: Aurelio Baldor.
Aurelio no pretendía atemorizar a los estudiantes. En sus propias palabras, su objetivo era el opuesto:
No hice un libro para que lo recordaran… lo hice para que nadie más tuviera que tenerle miedo a las matemáticas
Esta frase cobra aún más fuerza cuando se conoce el contexto en que fue creado: entre noches de insomnio, hojas tachonadas de ejercicios, y un deseo profundo de transformar el aprendizaje.
Historia de lucha
La historia del libro de Baldor es también una historia de exilio, de lucha, de empezar desde cero en otro país mientras su obra cruzaba fronteras. Lo que para muchos se volvió sinónimo de angustia escolar, para él fue un acto de esperanza.
Con sus 594 páginas, esta obra pedagógica sigue estando presente en aulas de toda América Latina. Años después, el libro de álgebra de Baldor no solo sobrevive: sigue enseñando, sigue retando, y sí, aún sigue asustando a millones de estudiantes que se sumergen en sus páginas.