Congelar comida es un proceso que nos ha permitido mantener los alimentos por más tiempo y evitar su descomposición temprana. También ha funcionado para transportar productos frescos a distancias lejanas y que puedan ser consumidos en lugares donde no se cosechan.
Muchas personas recurren a los alimentos congelados como una manera fácil de preparar los alimentos en menor tiempo. Son una solución rápida y práctica para la cocina en la vida diaria.
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Ventaja de comprar alimentos congelados
Los alimentos congelados se consideran una opción más nutritiva para preservar los alimentos. Otros métodos recurren a químicos adicionados al producto o degradan su valor nutricional, lo que presenta un riesgo de salud a largo plazo cuando se consumen estos productos.
Además de mantener las propiedades nutricionales, los congelados remedian las necesidades cocina para quienes tienen tiempo limitado en la preparación de sus comidas. Las verduras congeladas, por ejemplo, son empacadas con métodos especiales para dañar lo menos el producto y así se cuenta con piezas muy similares a las frescas, en paquetes a largo plazo.
También permiten reducir el desperdicio que se produce al utilizar vegetales frescos y que en algunas zonas urbanas no suelen aprovecharse. Ahora bien, no los necesitarías si has conseguido cultivar hortalizas y otros frutos en tu casa.
¿Qué debemos revisar al elegir un producto congelado?
Es común que, en los supermercados, los clientes decidan de última hora retirar productos de su carrito y abandonarlos en algún estante de la tienda o cerca de la caja registradora. Si esto sucede con un producto congelado y no se regresa a tiempo, procederá a descongelarse, eliminando su ventaja como producto preservado en frío.
Cuando elijas congelados, identifícalos rápidamente si la bolsa es un bloque de hielo que cubre todo el producto. Los cristales de hielo grandes delatan un posible descongelamiento. Otra muestra de que el producto ha sufrido esta descongelación se observa en el líquido que presenta al interior, aunque sea poco, significa que ha dejado atrás su estado original.
Al momento de elegir verduras congeladas, presiona un poco con los dedos la bolsa y sentirás que el producto está “suelto” en algunas partes y el hielo en su interior es pequeño. Esto significa que su contenido continúa preservado y los vegetales no se han dañado.
Para otros productos, como las paletas o los hielos de sabores, es fácil identificar que han sido descongelados al menos una vez cuando su forma original ha desaparecido y presentan protuberancias o desfiguraciones al momento de agarrarlos.
Evita comprar los alimentos o postres que se han descongelado, aunque sea una sola vez, ya que se ha roto la cadena de frío y han perdido la preservación del producto en su totalidad.