Del estudio al museo, tatuadores mostraron su técnica y sus trazos en la ciudad de Guadalajara, pretendiendo que su trabajo sea considerado arte.
El Museo de las Artes de Guadalajara, en su exposición ‘Cartografiar la piel. Historia, prácticas y simbolismos del tatuaje’, tuvo como invitada a Malala Leal, profesional en el oficio, y por primera vez este espacio le dedicará una sección al tatuaje.
Te podría interesar
La tatuadora María Laura Leal comentó que el tatuaje es una forma de arte actual que se asemeja al cine, música o pintura.
“Está la música, está la pintura, está el cine. Creo que ahora el tatuaje se perfila también para ser un referente artístico como las artes antiguas. Lo veo como un lenguaje social, o sea, es algo que está en el contexto social y el arte siempre se rige por lo que está pasando en la sociedad”, dijo la tatuadora.
Además agrego que es más común ver a personas con dicha modificación corporal.
“La mayoría de las personas están tatuadas, como que ya es algo que está en todos, también los museos, la sociedad ya lo ve como parte del entorno”, dijo Leal.
A diferencia de otros artistas, los tatuadores plasman sus obras en la piel y para ejecutar dicha creación se unen la técnica, trazado y perspectiva, en una combinación de colores, es por esta conjunción que es considerado arte.
Jorge Morquecho profesional del tatuaje, destacó el arte es subjetivo.
Yo me atrevo a decir que sí, que el tatuaje para mí es un arte. Va a depender de cada tatuador, se va más al trasfondo en sentimientos, en diseño, si quieren plasmar algo o si tal vez solamente disfruta el proceso
“La forma de ejecutar el tatuaje y la técnica de realización es lo primero. Tú te das cuenta en las líneas si es un buen tatuaje, a veces la historia o lo que quieras representar, pues es simbólico. Un buen tatuaje puede ser la forma de ejecutarlo, pero también puede ser la historia que tengas a través de él”, aseguró Malala Leal.
El artista Jorge Morquecho dijo que las personas son quienes ceden un trozo de su piel que él y sus compañeros de oficio expresen su arte y creen un vínculo entre ambos.
“De lo más difícil, creo, es entender la piel humana. Hay tatuadores que vienen con experiencia previa de dibujo o pintura, pero por más que traigas estos aprendizajes y le agarres a la máquina, te toca entender tu lienzo. Con una hoja entiendes ciertas texturas y cómo funciona, pero con la piel es como si hubiera 100 mil lienzos diferentes”, comentó Morquecho.
La residencia artística del museo y los tatuadores montarán una exposición el próximo mes de agosto con sus diseños en papel y comparados ya grabados en la piel.