No hay nada tan reconfortante dentro de la cocina mexicana como unos buenos frijoles charros.
Este platillo, heredado de la tradición norteña, combina lo mejor de la cocina de rancho, ingredientes sencillos, sabores intensos y una preparación que invita a compartir. Y si alguien sabe cómo prepararlos con ese toque auténtico, es Doña Ángela, creadora del canal De mi Rancho a tu Cocina.
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Su receta ha conquistado a miles de personas porque rescata lo casero, lo tradicional y lo sabroso.
Perfectos para una fiesta familiar, un domingo con amigos o simplemente para consentirse, los frijoles charros son un manjar que reúne carnes, verduras y frijoles en un solo plato, generoso y lleno de identidad mexicana.
Ingredientes
- ½ kilo de chorizo en trozos
- ¼ de chicharrón en pedazos
- ¼ de tocino picado
- 1 paquete de salchichas en rodajas
- 1 kg de frijoles peruanos cocidos con su caldo
- 400 g de queso panela o canasto en cubitos
- 5 jitomates en cubos
- 2 chiles jalapeños en rodajas
- 1 cebolla en tiras finas
- 4 chiles güeros enteros (con una rajada al centro)
- Sal al gusto
Preparación
En una olla grande, dora el tocino en su propia grasa y retíralo. Haz lo mismo con el chorizo, las salchichas y los chiles güeros, retirándolos después de dorar.
Sofríe la cebolla, jitomate y jalapeños hasta que estén bien cocidos, regresa todas las carnes y los chiles a la olla y mezcla, añade los frijoles cocidos con su caldo y deja que hierva unos minutos, incorpora el chicharrón y el queso panela, mezcla suavemente y retira del fuego
Sírvelos calientes, acompañados de tortillas de maíz, salsa picante y, si quieres, unos nopales asados.
El origen de un clásico
De acuerdo con El Gourmet, los frijoles charros son originarios de Coahuila y Nuevo León, con raíces en la época colonial.
Aunque el nombre exacto no tiene explicación definitiva, se sabe que evocan la cultura del charro mexicano: festiva, generosa y orgullosa de sus tradiciones.
Lo mejor de este plato es su versatilidad, se puede enriquecer con diferentes tipos de carne o verduras, siempre manteniendo ese espíritu de comida abundante y comunitaria.