Congelar carne es una práctica común en muchos hogares, pero no todos saben cuánto tiempo puede mantenerse en buen estado ni cómo almacenarla correctamente para evitar enfermedades.
Cerdo, res, pollo, pescado o mariscos, cada tipo de carne tiene sus particularidades, y conocerlas puede marcar la diferencia entre un alimento seguro y uno que ponga en riesgo tu salud.
De acuerdo con Qualitas Alimentaria Proyecto S.L.U., dependiente del Gobierno de España, la duración de la carne en el congelador varía según su tipo y preparación.
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Por ejemplo, el pollo puede mantenerse hasta un año si se congela correctamente; los filetes de res o cerdo duran entre 6 y 12 meses; el pescado crudo se conserva de 3 a 8 meses y el cocido hasta 3 meses; mientras que los mariscos pueden durar entre 3 y 12 meses.
Para garantizar que la carne conserve su calidad, es recomendable cortarla en porciones pequeñas o en capas finas, guardarla en recipientes herméticos y evitar abrir el congelador constantemente. Esto ayuda a mantener su textura, sabor y seguridad alimentaria.
El congelador no hace milagros
La carne puede presentar cambios de color o manchas blancas debido a la “quemadura por hielo”, pero el factor más importante para detectar si está en mal estado es el olor.
Un aroma extraño, amargo o demasiado intenso, junto con una textura pegajosa al manipularla o cocinarla, indica que el alimento ya no es seguro para el consumo.
Conservar la carne correctamente no solo evita intoxicaciones, sino que también reduce el desperdicio de alimentos.
Revisar periódicamente su estado y respetar los tiempos de almacenamiento recomendados son hábitos esenciales para mantener la seguridad en la cocina y disfrutar de comidas saludables sin riesgos.