SEGURIDAD

Estudiante de secundaria termina en el hospital; compañero 'le dio una lección' por hacerle bullying

Los hechos ocurrieron en la Institución Educativa Noroccidental de Soledad, en Colombia donde la chispa que encendió la mecha fue un nuevo episodio de acoso durante un descanso

Este caso abre el debate sobre hasta qué punto el sistema empuja a las víctimas a tomar la justicia en sus propias manos cuando las instituciones fallan en protegerlas
Este caso abre el debate sobre hasta qué punto el sistema empuja a las víctimas a tomar la justicia en sus propias manos cuando las instituciones fallan en protegerlasCréditos: Especial
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Después de semanas de soportar burlas, empujones y un hostigamiento constante que las autoridades de su colegio no supieron o no pudieron detener, un estudiante llegó a su punto límite y tomó la justicia por sus propias manos, dejando a su compañero en el hospital por la 'lección' que le dio por hacerle Bullying. 

Los hechos ocurrieron en la Institución Educativa Noroccidental de Soledad, en Colombia donde la chispa que encendió la mecha fue un nuevo episodio de acoso durante un descanso. El acosador, envalentonado por la impunidad de los días anteriores, habría iniciado una nueva provocación, pero esta vez, la reacción fue diferente.

En un intento por proteger su bebida, la cual era bebida casi siempre por su compañero, el menor decidió llenar su termo con una botella con cloro, un producto de limpieza de fácil acceso.

El otro estudiante bebió del líquido sin percatarse de la sustancia, lo que le provocó vómitos y malestar inmediato, tras lo cual fue trasladado de urgencia a un centro médico, donde recibió atención y, según los últimos reportes, se encuentra en recuperación en su hogar.

La víctima que llevó el cloro, confesó a las autoridades que su intención no era dañar a nadie, sino defenderse de las agresiones continuas. Según relató, inicialmente pensó en usar veneno para ratas, pero al no conseguirlo, optó por el cloro. 

Paradójicamente, fue esta confrontación, y no las quejas previas, la que obligó al colegio a actuar de inmediato. Al investigar los motivos, la verdad salió a la luz: el historial de acoso que el niño había reportado sin éxito.

El menor había reportado que sufría bullying, pero no fue atendido

La familia del menor señaló que el niño había manifestado en varias ocasiones su angustia por el hostigamiento, pero no recibió la atención adecuada para resolver el problema.

En la Institución Educativa Noroccidental, las autoridades escolares convocaron a una reunión con los padres del menor responsable para esclarecer los hechos y determinar las medidas a tomar. Además, las autoridades del colegio anunciaron un plan de seguimiento para evitar que situaciones similares se repitan, incluyendo capacitaciones para docentes y campañas de sensibilización.

Este caso abre el debate sobre hasta qué punto el sistema empuja a las víctimas a tomar la justicia en sus propias manos cuando las instituciones fallan en protegerlas. La pregunta que queda en el aire es: ¿Cuántas veces más un estudiante tendrá que estallar para que lo escuchen?