En medio de un clima de tensión migratoria en Estados Unidos, donde los operativos de detención se han intensificado desde el regreso de Donald Trump al poder, una agente del ICE con raíces latinas está intentando cambiar la percepción pública sobre su trabajo.
Se trata de Elena Morales, oficial de deportación del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés), quien, desde El Paso, Texas, busca romper con los estigmas que rodean a la agencia.
No se trata solo de llevarse a la gente de sus hogares.
Morales considera que su labor también es ser un puente entre el ICE y la comunidad fronteriza.
Muchas personas creen que solo recogemos gente y los deportamos. Pero hacemos mucho más.
Asegura que su responsabilidad también incluye educar al público, aclarar dudas y explicar, desde una perspectiva humana, qué hace realmente la agencia.
La oficial, que vive en la misma frontera que vigila, señala que su origen latino le permite tener una conexión más cercana con la comunidad. A menudo, según cuenta, la gente se le acerca para hacer preguntas o expresar inquietudes, y ella se toma el tiempo para escucharlos y ofrecer claridad.
"Queremos eliminar la idea errónea de que ICE solo separa familias”, enfatiza Morales. Su objetivo es generar confianza en medio de un contexto donde el miedo y la desinformación dominan muchas conversaciones sobre migración.
Mientras tanto, las cifras muestran otra cara de la moneda: desde el 20 de enero hasta el 10 de junio, el ICE ha detenido a más de 94,000 inmigrantes a nivel nacional, según datos de The New York Times. En Texas, se han reportado 20,150 detenciones en ese mismo periodo, un aumento del 92% respecto a años anteriores.
En ese contexto, la voz de Morales ofrece un matiz distinto al discurso habitual, su mensaje es claro, dentro del ICE también hay quienes intentan construir puentes, no solo levantar muros.