El reto Nicki Minaj ha irrumpido con fuerza en las redes sociales, convirtiéndose en el nuevo fenómeno que cautiva, desafía y pone a prueba tanto la destreza física como la creatividad de millones de usuarios.
Este peculiar desafío consiste en replicar una pose que la cantante realizó hace más de una década en su videoclip “High School”: una especie de sentadilla retorcida que recuerda la forma de un pretzel, ejecutada en plataformas inusuales y peligrosas.
El reto Nicki Minaj
La viralización comenzó de forma inesperada cuando un fragmento del video resurgió en TikTok, provocando una ola de imitaciones. Desde influencers hasta celebridades del entretenimiento, todos parecen querer probar su equilibrio al límite.
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Lo que inició como una simple recreación ahora es un espectáculo de acrobacias domésticas, con versiones realizadas sobre ollas, latas, juguetes, cosméticos o incluso botellas de champán apiladas.
El hashtag #nickiminajchallenge ya supera los 1300 millones de visualizaciones. Figuras como Ciara y la comediante Christina Kirkman se han sumado al movimiento, desatando una ola de intentos cada vez más extremos.
Francesca Pagan, una joven creadora que domina la postura sobre objetos inestables mientras equilibra un libro en la cabeza, lo describe como un juego entre riesgo y estética:
Cuanto más difícil se ve, más impresiona
Pero este desafío no es apto para cualquiera. Se requiere fuerza, precisión y una serenidad casi teatral. Algunas participantes, como la artista de circo Brianna Kalisch, han llevado el reto al límite, combinándolo con malabares y pirámides de vidrio, logrando millones de vistas en cuestión de horas.
Para otros, el reto ha servido como vitrina de expresión o estrategia de marca, aprovechando la atención para promocionar productos o ideas. Al final, el reto Nicki Minaj es mucho más que equilibrio: es una declaración visual de ingenio, presencia y osadía en la era digital.