Lo que parecía un vuelo rutinario de Delta Airlines entre Atlanta y San Diego se convirtió en una escena de tensión y confusión luego de que un pasajero comenzara a quitarse la ropa y actuar de forma errática, lo que obligó a la tripulación a intervenir y desviar el avión a Texas.
El incidente ocurrió el pasado sábado, a bordo del vuelo 731. Una de las pasajeras, Rodelyn Kupfersmid, relató a NBC que el hombre comenzó a repetir frases como: “Quiero ir a casa, quiero ver a mi familia”, lo que la hizo pensar que estaba bajo el efecto de alcohol o alguna sustancia.
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Mientras tanto, pasajeros cercanos intentaban calmarlo antes de que interviniera la tripulación.
Hicieron lo que pudieron, el personal fue excelente y pudimos sacarlo sano y salvo sin que nadie resultara herido.
Después de 30 minutos de intentos por contener la situación, el piloto anunció que el avión se desviaría al Aeropuerto Internacional de Dallas-Fort Worth, donde cuatro agentes abordaron la aeronave y retiraron al pasajero, maniátandolo con precintos plásticos amarillos. Afortunadamente, el hombre no opuso resistencia.
Tras permanecer alrededor de una hora y media en tierra, el avión volvió a despegar con rumbo a San Diego. Delta Airlines emitió un comunicado oficial tras el incidente:
Tenemos cero tolerancia ante el comportamiento indisciplinado, ya que la seguridad de nuestros clientes y tripulación siempre es nuestra prioridad.
La aerolínea recordó que, según la Administración Federal de Aviación (FAA), los pasajeros deben seguir las instrucciones de la tripulación y no interferir con su labor. El incumplimiento puede resultar en multas, procesos penales federales y prohibición de volar con la aerolínea.
El administrador de la FAA, Mike Whitaker, subrayó la gravedad de estos casos:
El comportamiento amenazante o violento puede distraer e interrumpir a los miembros de la tripulación de su responsabilidad principal.
Este incidente resalta los riesgos de altercados en vuelos comerciales y refuerza la importancia de los protocolos de seguridad aérea ante cualquier conducta que ponga en peligro a los pasajeros o la tripulación.