El conflicto entre Israel e Irán dejó de ser un enfrentamiento regional para convertirse en un foco de tensión global tras el ataque de Estados Unidos a instalaciones nucleares iraníes el pasado 21 de junio.
Esta acción marcó el ingreso formal de una potencia mundial en un conflicto que pone en riesgo la estabilidad energética y económica mundial.
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Según el análisis de Independent Commodity Intelligence Services (ICIS), el principal punto de atención es el Estrecho de Ormuz, un canal marítimo de apenas 39 kilómetros de ancho por donde pasa cerca del 20% del petróleo que se transporta vía marítima en el mundo.
Un bloqueo parcial o total de esta vía, insinuado por Irán, podría desatar una crisis energética global de gran magnitud.
Impactos económicos globales
El primero y más evidente efecto sería un aumento considerable en el precio del petróleo. ICIS advierte que, de mantenerse la tensión, el costo del crudo podría superar los 120 dólares por barril, impactando directamente en la inflación mundial.
Este incremento de precios energéticos exacerbaría la presión inflacionaria, afectando cadenas de suministro aún vulnerables tras la pandemia y elevando el costo de vida a nivel global.
Las empresas tendrían que replantear sus cadenas logísticas, enfrentando mayores costos y retrasos, lo que podría desencadenar una recesión económica global. En escenarios extremos, los analistas no descartan una depresión económica, dada la combinación de precios altos, inflación descontrolada y problemas logísticos.
Perspectivas regionales y globales
Aunque Irán mantiene abiertas sus terminales y las exportaciones continúan, cualquier cambio en este equilibrio alteraría de inmediato los precios globales. China, principal cliente de Irán, depende también del canal para sus importaciones energéticas.
Estados Unidos, por su parte, se encuentra en una mejor posición al ser exportador neto de energía. Sin embargo, el alza global en los precios golpea a consumidores y empresas, afectando las políticas monetarias, como el posible retraso en recortes de tasas por parte de la Reserva Federal.
En Europa, el Banco Central Europeo prevé que un aumento del 20% en los precios de la energía podría restar crecimiento económico y elevar la inflación en la eurozona, descartando reducciones de tasas en el corto plazo.
Aunque los mercados globales aún no han reaccionado con pánico, la calma podría ser momentánea. ICIS advierte que el cierre del Estrecho de Ormuz representa una línea roja para la economía mundial.
Si Irán decide bloquear esta vía estratégica, se desataría una nueva etapa de incertidumbre con consecuencias imprevisibles para la estabilidad energética, económica y política global.