Hablar de refrescos es sinónimo de Coca-Cola. Sin lugar a dudas, esta empresa es líder en su rubro a nivel global, pero hay una región donde parece no tener el mismo poder e incluso algunos duda sobre su continuidad debido a las 'bajas ventas', ¿en dónde ocurre este fenómeno?
Así es la situación de Coca-Cola en Suiza. De acuerdo con una investigación de Blick, la refresquera fábrica al menos el 80 por ciento de sus productos en el país europeo, pero la demanda no ha respondido como se esperaba y se anticipa una crisis, al menos dentro de la nación citada.
El mencionado artículo recupera el pensar de los ciudadanos suizos, y no podría estar más a favor de la tendencia contra Coca-Cola. “Es muy raro que nuestros clientes pidan específicamente Coca-Cola”, apunta la directora de catering de un teleférico popular en la montaña de Säints, Suiza.
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Apoyo al comercio local
La principal razón del declive de Coca-Cola en Suiza es el arraigo que tienen los ciudadanos hacia sus productos locales. No es que el consumo de refrescos esté erradicado, pero hay un claro favorecimiento a marcas locales. Según Blick, hay alternativas al refresco de cola, por lo que el sabor no es extrañado. Todo esto sin considerar que hay fuertes críticas debido a los precios de la multinacional refresquera.
Esta visión proteccionista al comercio local no se limita a lo ocurrido con Coca-Cola, sino que es una ‘avalancha’ que ha empapado a otros sectores. El medio de comunicación cita el caso de la cerveza Appenzeller, que se ha posicionado por encima de marcas internacionales.
Pese a todo este contexto, la desaparición de Coca-Cola en Suiza aún no es tangible. La marca resiste y, además, se ha convertido en un importante patrocinador de eventos relacionados a la vida nocturna, pero también a festivales culturales, por lo que la salida del país europeo está lejana.