El presidente Donald Trump ha dado luz verde a un revolucionario proyecto estratégico denominado "Golden Dome", que marcaría un cambio de paradigma en la forma en que Estados Unidos responde ante ofensivas balísticas y tecnológicas emergentes.
El anuncio se formalizó desde la Oficina Oval, donde Trump indicó que esta nueva red de defensa será desplegada antes de concluir su actual mandato presidencial.
La 'cúpula de oro' de Trump
La iniciativa contempla un complejo entramado de sensores y dispositivos interceptores repartidos por cielo, tierra y océanos, incluyendo componentes en órbita capaces de identificar y neutralizar ataques incluso antes de que crucen la atmósfera.
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Para esta tarea, el presidente designó al general Michael Guetlein, actual subcomandante de operaciones espaciales, como líder operativo del esquema.
El costo inicial estimado es de 25 mil millones de dólares, que forman parte de un paquete fiscal aún en revisión legislativa. No obstante, la Oficina Presupuestaria del Congreso anticipa que el gasto total podría escalar a más de 500 mil millones en dos décadas, considerando el desarrollo espacial completo de la plataforma.
La propuesta también ha despertado el interés de Canadá, que busca integrarse a la infraestructura conjunta por motivos de seguridad continental y defensa del Ártico.
Temen por poderío de Rusia y China
La justificación de este sistema se basa en la creciente complejidad de los misiles diseñados por potencias como Rusia y China, los cuales han evolucionado para eludir los métodos tradicionales de intercepción.
Informes de inteligencia indican que estas naciones están construyendo armas hipersónicas y orbitales con el objetivo de explotar vacíos tecnológicos en las defensas occidentales.
Trump enfatizó que, hasta ahora, Estados Unidos carece de un dispositivo integral que pueda responder con eficacia ante una agresión simultánea y avanzada.
Vamos a tener un escudo total que elimine cualquier amenaza antes de que toque suelo americano
Con el Golden Dome, Estados Unidos pretende establecer un estándar mundial de protección antiaérea, redefiniendo el concepto de seguridad nacional frente a un entorno geopolítico en rápida mutación.
