Una despedida inesperada sacudió a la ciudad de Ames, Iowa. La emblemática tienda Jax Ames Outdoor Gear, con más de 70 años de historia, anunció que cerrará sus puertas para siempre este verano.
Sin embargo, a diferencia de otros negocios que desaparecen por falta de ventas o crisis económicas, este cierre responde a una decisión estratégica y planificada, lo que ha desconcertado aún más a sus miles de clientes fieles.
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Jax no era solo un negocio; era una institución. Desde su apertura, supo ganarse el corazón de quienes buscaban ropa, herramientas y equipo para actividades al aire libre. Padres, hijos y abuelos compartieron recuerdos entre sus pasillos, comprando desde sus primeras mochilas de campamento hasta linternas para explorar el bosque.
En redes sociales, los mensajes de nostalgia no tardaron en llegar.
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Otros mencionaron que sus tradiciones navideñas incluían visitar Jax y que sus mejores recuerdos de Black Friday estaban ligados a este sitio.
¿Por qué cerrar si todo marcha bien?
Aunque los dueños no han revelado todos los motivos, se confirmó que no se trata de una quiebra. La tienda iniciará un proceso de liquidación en las próximas semanas, lo que sugiere que podría tratarse de una jubilación, un cambio de giro o incluso la evolución del negocio hacia un formato distinto.
Por ahora, la comunidad solo sabe que perderá un espacio simbólico.
Uno que no solo vendía productos, sino que también alimentaba el espíritu de aventura. Y aunque Jax se despida del plano físico, para muchos de sus clientes, el legado perdurará en cada caminata, campamento o fogata en la que sus productos sigan acompañándolos.