Tras la muerte del papa Francisco, una nueva pregunta se instala en los pasillos del Vaticano y en el corazón de millones de católicos alrededor del mundo: ¿quién será el próximo sumo pontífice? Aunque las especulaciones son inevitables, la respuesta es aún incierta y, como en ocasiones anteriores, podría sorprender al mundo entero.
A diferencia de otros procesos políticos, en el cónclave papal no hay candidatos oficiales. Cada uno de los cardenales electores hasta 133 con derecho a voto en esta ocasión escribe el nombre de su elegido en una papeleta que deposita en una urna. El que recibe dos tercios de los votos se convierte en papa.
Este proceso, que suele estar cargado de misticismo y simbolismo, ha sido retratado incluso en cine, como en la película 'Cónclave', donde se muestra cómo las tensiones pueden escalar si no hay consenso inmediato.
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Italianos, favoritos… ¿otra vez?
La Iglesia no ha tenido un papa italiano desde 1978, lo que ha generado cierta nostalgia en sectores eclesiásticos y mediáticos en Italia. Entre los más mencionados están Pietro Parolin, de 70 años, ex número dos del Vaticano; Pierbattista Pizzaballa, arzobispo de Jerusalén y reconocido por su gesto de ofrecerse como rehén tras el ataque de Hamás en 2023; y Matteo Zuppi, actual presidente de la Conferencia Episcopal Italiana.
Todos comparten una característica: son cercanos a la línea progresista y pastoral de Francisco, aunque no hay garantías de que los cardenales votantes provenientes de 71 países consideren la nacionalidad italiana un factor decisivo.
América Latina, Asia y África en juego
Desde México, suena el nombre del cardenal Carlos Aguiar Retes (74), mientras que en Asia destacan el filipino Luis Antonio Tagle (67) y el birmano Charles Maung Bo (76). Desde África, el cardenal Fridolin Ambongo Besungu, de 65 años, arzobispo de Kinshasa, ha ganado visibilidad, aunque sus posturas conservadoras podrían generar divisiones.
¿Un papa estadounidense?
A pesar de que algunos católicos en Estados Unidos promueven a figuras como el cardenal Raymond Leo Burke, su perfil ultraconservador y crítico de Francisco, sumado al contexto político polarizado en su país, reducen casi a cero las posibilidades de ver a un papa estadounidense.
La sombra del abuso y la presión interna
El escándalo global de abusos sexuales en la Iglesia sigue siendo una herida abierta. Este tema podría influir en la elección, no solo por los antecedentes de algunos cardenales, sino también por la necesidad urgente de dar una señal clara de renovación.
El teólogo Massimo Faggioli advirtió que este tema podría “ensombrecer el cónclave”.
Por ahora, todo es especulación. El nuevo papa saldrá de la Capilla Sixtina, como siempre, tras el tradicional humo blanco. Y si la historia sirve de guía, bien podría ser un nombre inesperado. Tal como ocurrió con Jorge Mario Bergoglio, el papa Francisco, en 2013.