La administración de Donald Trump está acelerando un cambio estratégico en su política comercial, dejando atrás el T-MEC y otros tratados multilaterales para favorecer acuerdos bilaterales basados en aranceles recíprocos.
Así lo afirmó el secretario de Estado, Marco Rubio, en una entrevista con Face The Nation, donde explicó que el nuevo enfoque busca corregir lo que considera décadas de desventajas comerciales para Estados Unidos.
Trump y el orden comercial global
Rubio aseguró que, durante años, Washington permitió que otras economías prosperaran en detrimento de la competitividad estadounidense, especialmente en sectores clave como el acero, el aluminio y los semiconductores.
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El secretario de Estado se sumó por primera vez a la postura de otros miembros del gabinete económico de Trump, como el secretario de Comercio, Howard Lutnick, y el asesor de la Casa Blanca, Peter Navarro.
La semana pasada, Navarro había expresado su escepticismo sobre la viabilidad del T-MEC, calificándolo como un acuerdo ineficiente para los intereses estadounidenses.
Esta medida responde a la intención de garantizar que la producción manufacturera de Estados Unidos no enfrente una competencia desleal.
Rubio detalló que la administración Trump busca establecer tarifas proporcionales a las impuestas por otras naciones, eliminando privilegios comerciales que considera injustificados.
No es una cuestión de castigo, sino de equidad
Además, adelantó que este cambio estructural sentará las bases para futuras negociaciones comerciales individuales con aliados y socios estratégicos.
El secretario de Estado concluyó señalando que el enfoque bilateral será la piedra angular del nuevo orden comercial global impulsado por Trump.
"Vamos a resetear las condiciones iniciales y a construir acuerdos que reflejen una competencia justa y sostenible", afirmó, reafirmando el propósito de la Casa Blanca de consolidar la reindustrialización y el crecimiento económico interno a través de un comercio más equilibrado.