El gobierno de Donald Trump ha retomado la construcción del muro fronterizo entre México y Estados Unidos, con un ambicioso proyecto de expansión de 79 millas (127 kilómetros) de la barrera divisoria. La vocera de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, informó que el plan ya está en fase de planificación, aunque no se ha establecido una fecha oficial para el inicio de las obras.
Mientras tanto, agentes de la Patrulla Fronteriza han comenzado a reforzar las vallas de púas existentes en la frontera para evitar el cruce ilegal de migrantes, una medida que forma parte de los esfuerzos para controlar el flujo migratorio y el tráfico de drogas.
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Este proyecto de ampliación del muro fronterizo retoma una de las promesas clave de la campaña presidencial de Trump en 2016, cuando insistió en la construcción de una pared para detener el ingreso de inmigrantes ilegales a Estados Unidos. En esa ocasión, Trump afirmó que México sería el responsable de financiar la construcción del muro, aunque durante su mandato se avanzó solo parcialmente en la obra.
Durante la administración de Joe Biden, la construcción del muro se detuvo, pero ahora, bajo la presidencia de Trump, el proyecto ha vuelto a ser una prioridad.
La reactivación de este plan fronterizo también se produce en medio de una colaboración reforzada entre los gobiernos de Estados Unidos y México para enfrentar el tráfico de migrantes y el crimen organizado.
En este sentido, se desplegaron miles de militares y elementos de la Guardia Nacional de México a lo largo de puntos clave en la frontera, como en los estados de Baja California, Sonora.
Estas regiones son conocidas por sus altos índices de violencia y tráfico de drogas, migrantes y armas.
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, se comprometió a reforzar la seguridad en estas zonas con la movilización inmediata de 10,000 elementos de la Guardia Nacional.
Además de los esfuerzos en la frontera, la Casa Blanca informó que varios migrantes, presuntamente miembros de la banda transnacional Tren de Aragua, fueron enviados a la base naval de Guantánamo, en Cuba, como parte de un programa para deportar a criminales violentos.
Karoline Leavitt enfatizó que la administración de Trump está dando prioridad a las detenciones de estos grupos criminales en su lucha contra la violencia y el crimen organizado.
Con la reactivación de la construcción del muro y el despliegue de fuerzas de seguridad en puntos estratégicos de la frontera, el gobierno de Trump reafirma su compromiso de controlar el flujo migratorio y reducir el tráfico de drogas y armas a través de la frontera con México.