Un hombre de 53 años vivió para contarlo luego de que un rayo lo alcanzara mientras ayudaba a su hermana a descender de un vehículo bajo una tormenta.
El rayo lo impactó una parte de su cuerpo, y aunque el momento fue estremecedor, logró recuperarse y narrar su versión de los hechos.
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El momento del impacto
Los hechos ocurrieron en el municipio de Carolina, en Puerto Rico, cuando Juan Ocaña Serrano asistía a misa junto con su hermana Blanca, de 61 años.
Al retornar al automóvil y bajo la lluvia, Juan abrió un paraguas para protegerse, pero un rayo lo alcanzó en el brazo. Él describió una descarga eléctrica como un estremecimiento en su cuerpo. Blanca confirmó que el paraguas, con punta metálica, habría atraído el rayo.
A pesar del golpe, esperaron que cesara la lluvia y los relámpagos antes de trasladarse al hospital. Su ingreso coincidió con otros dos pacientes que también resultaron heridos por rayos ese día. Al llegar, Juan solicitó que lo revisaran pues comentó que, aunque el dolor fue agudo, sus señales vitales ofrecían esperanza.
En una entrevista ofrecida a medios locales, Juan atribuyó su salvación a la protección divina: “Dios es más grande que todo esto y me tiene protegido”, dijo, enfatizando que el momento ocurrió justamente al salir de una ceremonia religiosa.
Él y Blanca han vivido juntos por 17 años, y ambos coincidieron en que este episodio los ha unido más.
Riesgos de un impacto por rayo
Un rayo que impacta una persona puede provocar efectos severos en el organismo: daño neuronal, lesiones internas, quemaduras en piel y tejido, problemas cardíacos y traumatismo cerrado, entre otros. Aunque muchas personas mueren por estos impactos, otros sobreviven con consecuencias que pueden perdurar el resto de su vida.
Según los Centros de Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos, aproximadamente un 10% de las personas alcanzadas por un rayo no sobreviven, normalmente por un infarto u otras complicaciones médicas graves.