En Texas, cientos de conductores son multados cada año por un motivo que muchos consideran menor, no tener un silenciador funcional o alterar el sistema de escape del vehículo.
Aunque parezca una falta insignificante, esta infracción está claramente establecida en el Código de Transporte de Texas, y puede costarte más de 300 dólares.
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De acuerdo con el Texas Transportation Code § 547.604, todo vehículo motorizado que circule por las carreteras del estado debe contar con un silenciador (“muffler”) en buen estado y en funcionamiento continuo, capaz de prevenir ruidos excesivos o inusuales.
Además, está estrictamente prohibido el uso de “muffler cutouts”, “bypass” o cualquier dispositivo similar que modifique el sonido original del vehículo.
Aunque no existe un límite de decibeles establecido por ley, el criterio de “ruido excesivo” queda a discreción del oficial que detenga el vehículo. Esto ha generado controversia, pues un auto deportivo con escape modificado puede sonar normal para su dueño, pero resultar “excesivo” para la autoridad.
En plataformas como Reddit y foros locales de Texas, numerosos conductores han compartido experiencias similares:
Me multaron con 330 dólares por tener un escape demasiado ruidoso, aunque mi auto tenía silenciador instalado.
Además del costo económico, una infracción por equipo defectuoso o modificado puede tener otras consecuencias, el vehículo podría no aprobar la inspección estatal o ser retenido si el escape carece de los componentes requeridos.
Las autoridades de tránsito insisten en que la norma busca reducir la contaminación auditiva y garantizar la seguridad vial, ya que los sistemas de escape modificados también pueden alterar la eficiencia del motor o las emisiones.
