El desastre nuclear de Chernóbil en 1986 devastó a Prípiat, Ucrania, dejando la zona deshabitada y radiactiva. A pesar de ello, la vida silvestre ha florecido en la Zona de Exclusión de Chernóbil (CEZ), con animales y plantas adaptándose a la radiación.
Entre ellos destacan los perritos callejeros, descendientes de mascotas abandonadas tras la evacuación.
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Un superpoder genético
Científicos de la Universidad de Columbia analizaron la sangre de 116 perritos en la CEZ y hallaron mutaciones genéticas únicas.
Estas modificaciones les otorgan inmunidad a la radiación, metales pesados y contaminación ambiental, permitiendo su supervivencia en condiciones extremas. Este descubrimiento podría ofrecer claves sobre cómo los organismos, incluyendo humanos, pueden adaptarse a entornos tóxicos.
La resistencia de la naturaleza
Además de los perritos, otros animales en la CEZ han desarrollado adaptaciones genéticas:
- Lobos mutantes resistentes a la radiación cancerígena
- Ranas arbóreas orientales con piel negra mutante, coexistiendo con sus contrapartes verdes
Impacto del hallazgo
El estudio, publicado en Canine Medicine and Genetics en marzo de 2023, identificó 52 genes relacionados con la adaptación a la contaminación.
Estos hallazgos destacan el poder evolutivo en ambientes extremos, abriendo nuevas perspectivas para comprender la resistencia biológica en condiciones tóxicas.
La Zona de Exclusión, con radiación seis veces mayor al límite permitido para humanos, se ha convertido en un laboratorio vivo donde la naturaleza demuestra su capacidad de adaptarse y prosperar.