FIN DEL MUNDO

El ‘Reloj del Apocalipsis’ está más cerca que nunca de la medianoche; ¿estamos a 90 segundos del fin?

Este indicador, creado en 1947 por científicos atómicos, simboliza la vulnerabilidad del mundo ante una catástrofe global

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El ‘Reloj del Fin del Mundo’, un indicador simbólico creado en 1947 por científicos atómicos ha ajustado su hora a 90 segundos antes de la medianoche, lo que ha capturado la atención en las redes sociales y Google.

Este cambio refleja la creciente preocupación mundial ante las tensiones internacionales, como la guerra entre Rusia y Ucrania, y los avances en armas nucleares, que podrían acercar a la humanidad al fin de sus días.

El reloj, que simboliza la vulnerabilidad del mundo ante catástrofes globales, marca la medianoche como el 'Apocalipsis'.

Su función es ajustar la hora según eventos mundiales que podrían amenazar la existencia humana, como el aumento de capacidades nucleares o los desastres naturales.

¿Por qué a 90 segundos de la medianoche?

Este ajuste se mantiene desde 2023, lo que sugiere que la humanidad sigue enfrentando riesgos elevados. La guerra, la expansión de armas nucleares y los desastres naturales, como la ola de calor global y los incendios, son algunos de los factores que han llevado a este crítico ajuste.

Además, el avance de la inteligencia artificial, que podría magnificar la desinformación y socavar la democracia, también se considera un factor de riesgo significativo.

¿Es Confiable el 'Reloj del Fin del Mundo'?

Este reloj no es una herramienta predictiva, sino un indicador que es revisado anualmente por expertos del Boletín de Científicos Atómicos, quienes analizan las amenazas globales en tecnología nuclear y el clima. Aunque no se trata de una predicción exacta, sus ajustes reflejan las crecientes preocupaciones por el futuro de la humanidad ante situaciones de riesgo global.

En resumen, el ‘Reloj del Fin del Mundo’ es un símbolo de alerta ante los desafíos que enfrenta el planeta.

El hecho de que marque 90 segundos antes de la medianoche subraya la gravedad de la situación mundial y el creciente temor a un colapso global si no se toman medidas para mitigar los riesgos nucleares, climáticos y tecnológicos.