El Papa Francisco I fue visitado este viernes por el presidente de Corea del Sur, Moon Jae-in. El Mandatario le obsequió una cruz realizada con alambre de púas, pero, ¿qué significa este regalo?
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La cruz, hecha con alambre de púas y plantada en una base de madera, fue realizada fundiendo la alambrada corroída de la Zona Desmilitarizada, utilizada para demarcar la frontera entre las dos Coreas. Este símbolo representa un mensaje de paz y reconciliación entre las dos Coreas, divididas desde 1953 entre el norte y el sur a lo largo del paralelo 38., informaron fuentes vaticanas
El presidente Moon Jae-In también le entregó un escrito, hecho con lenguaje en español, al sumo pontífice, explicando el motivo de su obsequio.
"Tal como las espinas y cuchillas erizadas del alambre de púas se funden en el fuego para convertirse en una bella cruz, cifro esperanzas de que podamos derretir para siempre esa férrea barrera que separa nuestros corazones", escribió Moon Jae-In.
Moon Jae-In también enfatizó la península de Corea como la última nación en el mundo divida de esta manera, lamentando su situación y confirmando su postura como abierta a la reconciliación entre los dos países.
La Zona Desmilitarizada es un lugar entre Corea del Norte y Corea del Sur, el cual abarca 250 kilómetros. Se le considera uno de los lugares más fortificados del planeta y está formada por alambrados de púas y campos de minas, por lo que cruzarla resulta extremadamente mortal.
"La función de la alambrada de púas en la península coreana es evitar que los del lado opuesto crucen la frontera, sin embargo, muchas veces me pregunto si es posible la reconciliación, pese a nuestras diferencias ideológicas y formas de vivir", argumentó el mandatario.
Para finalizar, Moon invitó al Papa a hacer una visita a Corea del Norte si el dirigente Kim Jong Un le enviaba una invitación formal.
Sin duda la visita recibida del Papa Francisco I por del presidente surcoreano y el regalo de una cruz de alambre de púas, representan un mensaje fuerte y claro hacia la paz en el mundo.
Jesús García