Tras un discurso ante el capítulo general de las religiosas del Instituto de las Hijas de María Auxiliador, el Papa Francisco señaló que el demonio entra en la iglesia aprovechándose de la mundanidad espiritual del clero.
“No olviden que el peor mal que puede suceder en la iglesia es la mundanidad espiritual. Puedo decir que parece casi peor que un pecado (…) El diablo entra en las casas religiosas por esa vía”, advirtió el pontífice ante las religiosas en su convento romano.
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Francisco previno a las monjas de sucumbir a lo frívolo de la vida pero también les instó a no aprovecharse de su “estatus”.
“Atentas a la mundanidad espiritual. Para vivir no se necesita cambiar de teléfono móvil o tomarse unas vacaciones en la playa. Estoy hablando de cosas reales. La mundanidad es un espíritu que no te deja estar en paz o con una paz no bella”, avisó.
El Papa invitó a las religiosas a favorecer la relación entre generaciones de monjas dentro de los conventos y recordó el caso de uno en Argentina en el que las jóvenes vivían separadas de las más mayores.
“¡Esto es un pecado contra la familia! Los ancianos deben vivir, en el límite de lo posible, en la comunidad viva. Es un deber de los jóvenes cuidar de los ancianos, aprender y hablar con ellos”, dijo.
Por último las animó a prestar servicio y a mostrar “compasión y ternura”.
“En mi opinión una monja enfadada es una cosa muy desagradable, una monja que parece que no desayuna con leche sino con vinagre. Sean madres”, invitó.