En Tula, Tamaulipas, cuando un tecolote canta de noche, los vecinos se encierran y rezan. ¿Por qué hay tanta superstición sobre esta ave? Descubre el oscuro origen de una creencia que persiste por siglos.
"Cuando el tecolote canta, el indio muere"
En el Pueblo Mágico de Tula, el ulular nocturno de un búho no es solo un sonido más: es un presagio de muerte. Generaciones enteras han crecido con la advertencia: "Si el tecolote se posa en tu casa y canta, alguien morirá pronto".
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Pero ¿de dónde viene este miedo? La respuesta se remonta a los mayas, los mexicas y los relatos de los abuelos que aún hoy susurran historias de nahuales y maldiciones.
El mito maya: El tecolote que juró vengarse de los humanos
Para los antiguos mayas, el tunkuluchú (tecolote) era un ave sabia que, tras ser humillada en una fiesta, aprendió a oler la muerte. Según la leyenda:
"Recorría los cementerios y, cuando percibía el aroma de la muerte cercana, cantaba con fuerza para anunciar el destino trágico".
¿Coincidencia o maldición? En Tula, muchos aún creen que su canto no es casualidad, sino un aviso sobrenatural.
Los nahuales oscuros: La conexión mexica con el inframundo
Los mexicas veían en el tecolote un vínculo con los tlacatecolotl, nahuales asociados a Tezcatlipoca, dios de la noche y la hechicería. Se decía que estas criaturas:
- Podían transformarse en aves nocturnas.
- Anunciaban desgracias y enfermedades.
- Eran espíritus guardianes del inframundo.
Hoy, en Tula, persiste la idea de que no son simples pájaros, sino entidades que vigilan y advierten. En sus calles, si un tecolote canta cerca de una casa, los vecinos no se quedan de brazos cruzados. Algunos recurren a métodos tradicionales para espantarlos:
- Prender velas benditas.
- Tirar sal o chiles en el patio.
- Rezar el "Dios te salve, María" en voz alta.
"No es por maldad, es por precaución", dice doña Carmen, una anciana del pueblo. "Aquí sabemos que cuando cantan, algo pasa".