La sequía fue un verdadero problema para muchos, pero una bendición para otros. La muerte de animales permitió que la cadena alimenticia siguiera su curso y fueras las aves de rapiña las principales beneficiadas con ello.
Hermosas y majestuosas, las aves de rapiña planean el cielo en el camino central del Distrito de Riego 04 Don Martin Coahuila-Nuevo León en busca de alimento. La sequía extrema que había vivido el noreste mexicano mantuvo al límite a la fauna, sin agua y poca pastura. La agonía de algunos empezaba.
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"Los ganadores son los buitres y otras aves rapaces", dijo un ejidatario de Nuevo Rodríguez, "los animales que no resisten empiezan a 'encalmarse' hasta morir, de ahí no se levantan, ellas aprovechan y 'la calor apenas empieza'".
Búhos, lechuzas, gavilanes, cara cara o quebranta huesos, aguilillas, halcones, águilas y buitres tienen su hábitat en esta región del noreste mexicano. Para observarlas basta recorrer el camino polvoriento que conduce a los ejidos de la cabecera municipal de Ciudad Anáhuac, Nuevo León.
“Cuando vamos al paso por el camino de terracería ahí se paran en los postes, mezquites y huizaches y te observan”, dijo el hombre de campo que pasaba llevando agua a su ganado.
Capaces de comer carne y carroña con picos afilados y fuertes como gancho, desgarran la carne y patas dotadas de fuertes músculos con uñas largas y poderosas para tomar a sus presas o animales que no resisten la sequía y facultad auditiva fina, escuchan hasta el más leve ruido en el campo.
Su estructura ósea es liviana y con una vista superior por mucho a la del ser humano con ojos grandes, miran a su presa desde lejos y giran su cabeza en alerta convirtiéndolas en magníficas cazadoras diurnas y nocturnas.
Se adaptan al ecosistema y anidan en lo alto de los árboles de la región, los ejidatarios la llaman "las sobrevivientes y limpiadoras", al comer los restos putrefactos de otros animales y sanear la zona o sobrevolar en círculos cuando un animal está moribundo aprovechan las corrientes de aire y bajan cuando se amerita, la paciencia tiene su recompensa para comer hasta llenar.
Son bonitas esas aves, desde chiquillo las observo, ya tengo mis años y ahí están, buscan que comer y a volar.
Con una agilidad inigualable, alas grades y definidas de colores claros y oscuros que se mimetizan en la zona rural, chicas redondas o largas y puntiagudas dependiendo el tipo de ave, pueden llegar a tener una envergadura extensa.