Britney Spears, ícono pop de los 2000 y figura central del movimiento #FreeBritney, ha vuelto a encender el debate en redes sociales. No por un nuevo disco ni una gira, sino por los videos que publica constantemente, en los que aparece bailando sola, casi siempre en su casa, con coreografías desordenadas, miradas fijas y a veces con gestos que parecen inquietantes.
Para algunos, es simplemente Britney siendo Britney: libre al fin, después de 13 años de tutela legal que controlaba su vida personal, profesional y hasta médica, para otros, es una señal de que algo no está bien.
Desde que recuperó su autonomía en 2021, Britney ha usado Instagram como una especie de diario público. Sus bailes, muchas veces sin contexto, sin edición ni música oficial, generan miles de comentarios, unos celebran su espontaneidad; otros expresan preocupación por su salud mental.
Te podría interesar
No necesito que me entiendan, bailar me hace sentir viva.
Y esa frase podría resumir todo, lo que para el mundo puede parecer confuso, para ella es una forma de sanar.
Esto dicen los especialistas
De acuerdo con psicólogos consultados por medios estadounidenses como People y Page Six, los movimientos repetitivos, el aislamiento en las publicaciones y los patrones emocionales fluctuantes podrían estar relacionados con síntomas de ansiedad, trauma o incluso trastornos del espectro bipolar.
El terapeuta clínico Jeffrey Gardere menciona que individuos que sufrieron control y estuvieron ajenos a la autonomía, buscan medios que les permitan expresarse libremente.
Es común que personas que han vivido bajo control extremo desarrollen conductas que expresan esa necesidad de libertad, sin embargo, también hay que estar atentos si ese comportamiento se vuelve obsesivo.
Aun así, subrayan que no se puede diagnosticar a nadie por lo que muestra en redes, y más aún, Britney tiene el derecho como cualquier persona libre de expresarse a su manera, incluso si esa forma no encaja en los moldes tradicionales.