La tradición de los altares del Día de Muertos cobra cada vez mayor relevancia, desde mediados del mes de octubre algunos domicilios, dependencias e instituciones lucen sus ofrendas dedicadas tanto a seres queridos como a personajes y personalidades reconocidas, otra tradición, aunque no es mexicana es Halloween.
Todos los elementos tienen un significado especial, y según la tradición forman un puente simbólico entre el mundo de los vivos y los muertos, por ejemplo la flor de cempasúchil, se dice que su a roma atrae a las almas de los seres que partieron de este plano.
"A mi hijo le pidieron flores -en la escuela-, un manojo o una maceta, puede ser cempasúchil o mano de león. Es bonito celebrar nuestras tradiciones, yo creo que ahora son más las actividades para Día de Muertos, en mis tiempos de escuela no recuerdo que se tomara tanto en cuenta como ahora”, comentó Diana Luna, madre de familia.
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No solo en instituciones educativas preparan altares, cada vez son más los domicilios que honran a sus difuntos con ofrendas que adornan con flores, papel picado, comida y por supuesto la fotografía del ser querido. Aunque esta tradición es 100% mexicana, en la localidad no tenía tanto arraigo como en estados del centro y sur del país, como Michoacán, Oaxaca, Ciudad de México.
Entre los elementos que no pueden faltar en un altar para este 2 de noviembre se encuentran: veladoras, que simbolizan una guía para que las almas encuentren su camino de regreso a casa; pan de muerto, que significa el ciclo de la vida y la muerte; agua, que se coloca para saciar la sed de los difuntos después de su largo viaje.
En el altar no pueden faltar las calaveras de azúcar, que simbolizan la fragilidad de la vida; fotografía de la persona fallecida, que es una guía visual para que la persona fallecida pueda reconocer su propio altar; incienso, que según la tradición permite limpiar de malos espíritus el lugar y ayuda a las ánimas a regresar a casa sin peligro.
