Cargar gasolina sin considerar las especificaciones del fabricante puede generar consecuencias costosas para el motor. En particular, los vehículos con motores de alto rendimiento o tecnologías avanzadas no deben abastecerse con gasolina regular (de 87 octanos), ya que podrían presentar fallos graves en su funcionamiento.
Este error común, motivado muchas veces por el precio, puede derivar en reparaciones costosas y pérdida de eficiencia.
A estos autos no le debes poner gasolina magna
Los autos que cuentan con motores turboalimentados o supercargados están diseñados para operar con gasolina de mayor octanaje, generalmente de 91 o más.
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Este tipo de combustible, conocido como premium, ofrece una resistencia superior a la compresión, evitando detonaciones espontáneas que pueden deteriorar rápidamente los componentes internos del motor.
El fenómeno conocido como “detonación temprana” o “cascabeleo” ocurre cuando el combustible explota de forma descontrolada dentro de los cilindros.
Esta situación, frecuente cuando se usa gasolina inadecuada, genera vibraciones, pérdida de potencia y, con el tiempo, daños costosos en pistones, válvulas y bujías. Talleres especializados estiman que la reparación de este tipo de fallas puede oscilar entre los $6,000 y $23,000 pesos.
Consulta los manuales
Para saber qué tipo de gasolina requiere tu auto, consulta el manual del fabricante. Este documento suele incluirse físicamente con el coche, pero también puede descargarse en línea desde la web oficial de la marca, dentro de las secciones de “recursos” o “documentación para propietarios”.
Los motores de aspiración natural, es decir, sin sistemas de sobrealimentación, pueden utilizar gasolina de menor octanaje sin problema, ya que no someten a la mezcla aire-combustible a tanta presión.
En estos casos, las autopistas de alto riesgo no aplican, pero para quienes conducen vehículos de alto desempeño, evitar la gasolina regular es clave para mantener el motor en óptimas condiciones.