Este año, cientos de mariposas monarcas fueron equipadas chips rastreadores para un seguimiento de la épica ruta que estos insectos recorren entre Canadá y México.
El empleo de transmisores ultraligeros, impulsados por energía solar y diseñados especialmente para organismos diminutos, abre una etapa en la que el vuelo individual puede documentarse con precisión antes inalcanzable.
Mariposas monarca con chips del tamaño de un arroz
Esta innovación tecnológica, fruto de años de investigación, consolida un método de observación que cambia la forma de analizar el comportamiento migratorio de diversas especies voladoras.
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La implementación de estos dispositivos, del tamaño de un pequeño arroz, ha permitido que especialistas identifiquen patrones antes desconocidos.
Con la instalación de cientos de transmisores en ejemplares capturados al inicio del otoño, equipos científicos han comenzado a reconstruir trayectos completos, incluidos desvíos inesperados, recuperaciones de rumbo y velocidades de desplazamiento variables según las condiciones atmosféricas.
El acceso a datos en tiempo real mediante plataformas móviles facilita que tanto expertos como aficionados conozcan el progreso de cada mariposa durante su viaje.
Esta apertura informativa amplía el impacto social del proyecto, ya que comunidades enteras pueden observar cómo los individuos cruzan zonas urbanas, jardines polinizadores, áreas agrícolas y corredores naturales fundamentales para su supervivencia.
Además, el análisis digital podría derivar en la detección de nuevos refugios temporales y zonas críticas donde la conservación requiere atención inmediata.
Cambios climáticos
La reducción constante de poblaciones migratorias, relacionada con cambios climáticos, pérdida de vegetación hospedera y modificación de ecosistemas, ha incrementado la urgencia de herramientas más eficaces.
Los microtransmisores proporcionan indicios clave para identificar las etapas del ciclo anual donde el riesgo es mayor, lo que permitirá replantear estrategias de restauración ambiental, manejo de hábitats y protección legal de zonas de alto valor.
A medida que se multiplican los trayectos registrados y se comparan rutas de diferentes temporadas, los investigadores esperan construir una base de conocimiento que responda preguntas históricas: cómo localizan los mismos bosques que visitaron generaciones previas, qué rutas alternativas toman ante vientos adversos y los factores que influyen en la supervivencia de los individuos más resistentes.
