El reciente anuncio del cierre de Cinemex en Nuevo Laredo, la semana anterior, despertó un sentimiento de nostalgia entre los neolaredenses.
En la memoria de esta ciudad resuenan nombres de cines históricos que fueron parte esencial de la vida cultural y social, desde instalaciones sencillas hasta escenarios que reunieron a artistas de renombre.
Cines históricos de Nuevo Laredo
En la década de 1940, el teatro-cine Concordia destacaba por su refinada arquitectura y ubicación estratégica sobre la calle Independencia.
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Aún conserva fragmentos de su estilo original. De la misma época surgió el Cine Independencia, primero instalado en una construcción de madera sobre Doctor Mier y Guerrero, hasta que un incendio obligó su traslado a Juárez. Su historia terminó cuando el edificio dio paso a comercios modernos.
Entre los recintos más emblemáticos figuró el Cine Palacio, famoso por sus cómodas butacas y proyecciones panorámicas en la esquina de Morelos y Mina.
En paralelo, el Cine América en los años cincuenta se consolidó como centro de espectáculos, con su “Terraza de las Américas” que recibió a figuras como Pedro Infante y Agustín Lara.
Otros espacios, como el Alameda, el Juárez o el Zaragoza, fueron puntos de encuentro dominical que hoy han cambiado de giro o permanecen cerrados.
El cine del barrio
Los barrios también contaron con cines populares. El Hidalgo, el Nacional y el Tropical ofrecían funciones al aire libre, accesibles para el público general, mientras que el Arena Brasil combinaba proyecciones con teatro y lucha libre.
Incluso el Autocinema Serenata tuvo su auge en la periferia de la ciudad, siempre lleno de automóviles en cada función.
Aunque la mayoría de estas salas se han transformado en comercios, salones o edificios abandonados, su recuerdo sigue vivo entre quienes disfrutaron de su ambiente único.
El cierre de Cinemex revivió la memoria de aquellas salas históricas de Nuevo Laredo que, a pesar de los cambios urbanos, aún permanecen en la identidad histórica de la ciudad.