HISTORIAS DE LA FRONTERA

En esta escuela de Nuevo Laredo estudian encima de sepulcros; antes era un panteón

En pleno corazón corazón de Nuevo Laredo, se asienta sobre los restos de un antiguo cementerio clausurado en el siglo XIX. Esta historia, más allá de la leyenda urbana, está documentada en archivos oficiales del municipio.

Un eificio escolar con un pasado macabro.
Un eificio escolar con un pasado macabro.Créditos: internet
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Una escuela de Nuevo Laredo está construida sobre un antiguo panteón. Parecería que es uno de esos relatos que parecen salidos de una historia de misterio, pero cuya veracidad está respaldada por documentos históricos.

A diferencia de otras leyendas escolares que circulan en México sobre cementerios ocultos bajo patios y salones, esta historia tiene bases reales y forma parte del patrimonio local.

Estudian encima de sepulcros

Situado en la calle Dr. Mier 3030, justo en el Centro Histórico de la ciudad, este inmueble de ladrillo rojo alguna vez albergó el cementerio original de la Villa de Nuevo Laredo. Los registros indican que en el siglo XIX, tras constatarse que el camposanto quedó en el centro de la ciudad, las autoridades decidieron reubicarlo y ceder el terreno para fines educativos y comunitarios.

Fue en 1885 cuando la Junta de Instrucción Pública solicitó oficialmente el uso del predio para crear un espacio destinado a la enseñanza y recreación. Primero se plantó un jardín para las estudiantes de una escuela de niñas contigua, y con el tiempo, la zona fue adaptada para convertirse en un centro de formación para adultos.

Actualmente, el edificio es sede del Centro de Educación Extraescolar (Cedex), donde se imparten talleres y programas dirigidos a personas mayores.

Aunque el aspecto exterior conserva el estilo clásico de su época, pocos imaginarían que bajo sus cimientos descansaron los primeros habitantes de la ciudad.

Historia viva

En fechas como el Día de Muertos o Halloween, esta historia recobra fuerza y despierta el interés de vecinos, curiosos y visitantes. Lejos de ser solo un mito, esta escuela de Nuevo Laredo, construida sobre sepulcros, es un testimonio tangible de cómo la ciudad ha transformado su pasado y se ha ido expandiendo año con año.