NATURALEZA EN EL DESIERTO

¿Por qué cuando escarbas en tu jardín encuentras conchitas de mar?

Sin duda, muchas veces te has encontrado estos pequeños fósiles, pero, ¿cómo puede ser posible esto si el océano más cercano está a 500 kilómetros de distancia?

¿Conchas de mar en tu jardín?
¿Conchas de mar en tu jardín?Créditos: El Mañana / Archivo
Escrito en NUEVO LAREDO el

Los misterios del pasado de la tierra continúan revelándose a través de los hallazgos paleontológicos, y el norte de México no es la excepción.

Sin duda, muchas veces te has encontrado pequeños fósiles como conchitas de mar, cuando el océano más cercano se encuentra a más de 500 kilómetros de distancia.

Conchitas de mar en tu jardín

La explicación de estos descubrimientos se encuentra en los mecanismos asociados a la tectónica de placas, como la deriva continental y la expansión del fondo marino, los cuales han moldeado los rasgos geológicos del planeta a lo largo de milenios.

La litosfera terrestre se encuentra dividida en grandes placas que cubren su superficie, y es en los límites entre estas placas donde se generan los mayores eventos geológicos.

Cuando dos placas se separan, se forman nuevos océanos, mientras que su colisión da lugar a la elevación de cordilleras. Este constante movimiento de las placas ha modificado la forma de los continentes y los océanos a lo largo de las eras geológicas, transformando antiguos fondos marinos en tierras emergidas.

La historia geológica de México es particularmente fascinante, según la teoría del geólogo Edward Suess. Hace millones de años, la mayor parte del territorio mexicano estaba sumergido bajo las aguas del Océano de Tetis, salvo por una estrecha franja de tierra en el este de Chihuahua y una porción del noreste de Durango.

Los amonites

Esta área, hogar de diversas criaturas marinas como los amonites, experimentó movimientos tectónicos que la elevaron, transformando el paisaje y el clima.

Como resultado de estos procesos, el antiguo Océano de Tetis se convirtió en vastas regiones desérticas con grandes depósitos de sal en su superficie, aunque aún conserva evidencias de su pasado marino en forma de fósiles.

En las zonas áridas del norte de México se han descubierto numerosos fósiles de animales prehistóricos, desde huesos de dinosaurios y mamuts hasta caparazones de tortugas y dientes de helicoprion, un antiguo tiburón con una sierra en forma de espiral en su mandíbula, hasta cientos de miles de conchitas marinas.

En las zonas que fueron cubiertas por el mar se han encontrado una impresionante cantidad de peces fósiles, así como numerosos grupos de invertebrados, conchas, moluscos, plantas y reptiles del cretácico inferior.

La razón de esta riqueza paleontológica radica en el pasado marino de la región. Cuando el nivel del mar descendió, dejó a su paso una variedad de especies marinas sobre la superficie de los cerros, que se han preservado hasta nuestros días como testigos mudos de un tiempo remoto.