Un manjar de temporada está emergiendo del río Bravo; se trata de la robaleta (‘white bass’), un pez codiciado para cocinarlo al estilo chicharrón y que solo se disfruta durante la época de frío.
En esta ocasión, la temporada en que las aguas del río alcanzan la temperatura adecuada para que el pez salga de las áreas profundas, se combinó con una creciente derivada de un trasvase de la presa La Amistad hacia la Falcón.
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“Se presta el clima para la pesca de robaleta porque es tiempo de frío.
Ahorita, por las condiciones del río, al menos en el patinadero que no hay tanta piedra y que es realmente donde habita la robaleta, es un poco difícil de sacar, a diferencia de otros puntos del río, como a la altura de los semáforos (paralelo al bulevar Colosio) que hay más corriente y es donde más anda la robaleta”, señaló Fernando Mendoza, pescador con más de 40 años de experiencia.
Para los clubes locales de pescadores, el invierno representa una temporada especial en que la robaleta puede salir “por montones” en ciertos días, especialmente cuando el clima es frío, sin embargo, el resto del año puntos como El Patinadero o el parque CIIITEV, que se ubica bajo los puentes internacionales, son frecuentados por los aficionados a la pesca, en busca de diversas especies que emanan del río Bravo, pero sobre todo para convivir de una forma muy neolaredense, con carne y pescado asado.
Mario Alberto Pérez (en la foto), acudió por la tarde al río Bravo con sus amigos y, como es usual, sacó un par de bonitos ejemplares de la robaleta, que mostró a El Mañana cuando estos fueron pescados en El Patinadero.
La robaleta estuvo al borde de la extinción en el río Bravo, sin embargo, los pescadores han visto con agrado su regreso en cantidades considerables.